El Ecuador cerró el siglo XX con
una crisis sin precedentes que subsistió hasta hace pocos años y que en alguna
medida fue capeada por la reforma estatal emprendida por el régimen burocrático
de Correa.
En el período desde 1982, al año 1999 el PIB declinó
en 7,3% medido en sucres constantes, y en dólares, en 30,1%; de 19.710 millones
pasó a 13.769 millones de dólares. El PIB por habitante se redujo en casi 32%,
al desplomarse de 1.619 a 1.109 dólares.
El país experimentó uno de los
empobrecimientos más acelerados en la historia de América Latina: entre el año
1995 y el año 2000, el número de pobres creció de 3,9 a 9,1 millones; en
términos porcentuales, de 34% al 71%; la pobreza extrema dobló su número de 2,1
a 4,5 millones, el salto relativo fue del 12% a un 31%. En estas condiciones se
registró un deterioro acelerado de los índices de bienestar. El ingreso por
habitante del Ecuador alcanzó apenas un 43% del promedio latinoamericano.
Lo anterior vino acompañado de
una mayor concentración de la riqueza. Así, mientras en 1990 el 20% más pobre
recibía el 4,6% de los ingresos, en 2000 captaba menos de 2,5%; entre tanto el
20% más rico incrementaba su participación del 52% a más del 61%.
Ante el mundo esta bancarrota se
mostró o evidenció sólo en el precipitado proceso de emigración de compatriotas
a los EEUU y Europa.
Cerca de 3 millones de
ecuatorianos emigraron a EEUU y Europa, desestructurando hogares, abandonando
sus pequeñas y medianas propiedades lo que generó un precipitado proceso de
despoblación del campo, muchas de esas propiedades fueron adquiridas a precio
de “gallina robada” por los especuladores, lo que viabilizó una mayor
concentración de la tierra por parte de los especuladores y grandes terratenientes.
3 millones de ecuatorianos que
por increíble que parezca aportaron durante más de 16 años con remesas que
llegaron a superar los 3 mil millones anuales, estamos hablando hasta la
segunda mitad del régimen de Correa, 2016; el segundo rubro más importante de ingreso
de divisas al Estado, solo después de los ingresos por exportación de petróleo.
Es decir, el viejo estado no solo
envió al exilio forzado a los compatriotas, sino que parasitó y vivió de las
remesas durante años para saciar sus requerimientos que en última instancia
terminaron por favorecer a la burguesía burocrática que tuvo la oportunidad de
reproducirse económica y políticamente desde el aparataje estatal. De todas
maneras, también benefició a la burguesía compradora, a los banqueros, que se
encargaron de “legalizar” los dólares y euros que generaron los emigrantes
abriendo sucursales bancarias en España y otros países de Europa.
Hoy han ingresado cerca de un
millón de venezolanos al país. De esos 250.000 se han quedado a nutrir las filas
de la desocupación, subempleo y empleo, haciendo más crítico los niveles de
empleabilidad en el país.
Entonces, cuando vemos los
orígenes de la emigración de venezolanos al mundo, estamos pensando en que los
números expuestos anteriormente sobre la crisis del capitalismo burocrático en
el Ecuador, son las cifras que hoy en día aqueja a las masas en Venezuela, y
que de una u otra manera son un muestrario de la bancarrota que atraviesa el
capitalismo burocrático en ese país y otros que caracterizados de la misma
manera: semifeduales y semicoloniales.
En Venezuela, con una
hiperinflación de más del 700%; entre el 2013 y el 2018 la economía se
“encogió” en un 30%; la capacidad adquisitiva de la moneda nacional quedó en
nada; el 5% de la población ha emigrado. El 25% de los niños sufren de
desnutrición crónica; los precios se dispararon por encima del 2.000%; una
caída del 11% del PIB. El precio de la canasta básica al 2018, se incrementó en
un 400%;
Claro, sería un error manifestar
que esta crisis corresponde básicamente al desgobierno de Maduro, imposible, es
propio de la crisis cíclica del capitalismo burocrático, porque, dicho sea de
paso, con Maduro o con la derecha compradora en el gobierno, la situación se
venía igual. ¿Por qué?, porque esa economía, similar a la nuestra, semifeudal y
semicolonial, depende del extractivismo, de la mono producción, incapaz de
desarrollar sus fuerzas productivas porque el imperialismo no se lo permite,
porque es lo cómodo para la gran burguesía de Venezuela que extrae más renta a
las importaciones, a la movilidad de capitales financieros. Y no solo eso,
porque el régimen de relaciones de producción es semifeudal y no se logra
“acondicionar” a la penetración de los capitales rusos y chinos, que en pugna
con el imperialismo yanqui desestabiliza la anémica estructura productiva;
porque al depender de la mono producción (hidrocarburos), con la caída del
precio del petróleo se derrumbó el presupuesto estatal y el déficit se volvió
inmanejable. Y a todo eso, hay que sumar el criminal bloqueo imperialista que
pretendía castigar al chavismo por su acercamiento a las otras potencias
imperialistas.
Y la contradicción inter burguesa
también puso lo suyo. La especulación, acaparamiento y sabotaje
económico/comercial ejercitado por la burguesía comprador también influyó en
que la crisis se vuelque más dramática para las masas.
Respeto de la inmigración de
venezolanos al país, hay que sumar la presencia de cientos de miles de
ciudadanos de Colombia, Perú y Haití que viven en el país por los beneficios
que tienen al ganar en dólares y repatriarlos a sus países donde el cambio les
otorga un plus. Es decir, no solo cargamos con la crisis del capitalismo
burocrático del país, sino que de una u otra manera, a las masas, se les carga
encima la crisis del capitalismo burocrático de Venezuela, Colombia, Perú y
Haití.
Nosotros, el pueblo ecuatoriano,
conocemos de las complejidades de emigrar para medioargumentar la vida de
nuestros familiares y cargar a cuestas la crisis del capitalismo burocrático en
el país, en esa medida nos solidarizamos con el pueblo venezolano, víctima del criminal
bloqueo y agresión del imperialismo yanqui, que no escatima medios ni medidas
para neutralizar al régimen de Maduro
Está visto, los EEUU no están dispuestos a tolerar en lo más mínimo cualquier
manifestación política que no sea compatible con sus intereses; pero también
combatimos al régimen reformista de Maduro que ha sido incapaz de responder a
las expectativas de las grandes mayorías para dar paso al fortalecimiento de la
burguesía burocrática y que ha encontrado, en las FFAA, a su principal
exponente. De ahí su relativa estabilidad.
El proletariado y pueblo del
Ecuador, se solidariza con las masas pobres de Venezuela, con sus luchas, con
su firme posición antiimperialista; pero también manifiesta que estaremos
atentos a que estos miles de venezolanos que ahora están entre nosotros, no se
sumen a las fuerzas reaccionarias del país, sino que por el contrario, hagan
filas del lado del pueblo, de la clase.
Las difíciles experiencias que
han tenido que vivir las masas pobres en Venezuela les ha llevado a
estigmatizar la revolución y al socialismo con la caricatura de revolución que
ha emprendido los seguidores del socialismo del siglo XXI, la revolución
ciudadana y la revolución bolivariana, en esa medida, son portadores también de
un discurso desmovilizador, contrarrevolucionario que sólo favorece a las pretensiones
de imperialismo y de las clases dominantes.
Propio de la ambigüedad del
gobierno, mientras por un lado condenan al régimen de Maduro por la emigración
de los ciudadanos, por otro lado, ocultan el rol que ha tenido EE.UU. en este
magro proceso, y no solo eso, se solidarizan con los inmigrantes, pero les
exigen pasaporte para el ingreso; posteriormente levantan la medida y fieles a
la fatuidad de Moreno, implementan una medida “solidaria” de “bienvenidos” pero
les ponemos a disposición buses gratis para dejarlos en la frontera con el Perú
y continúen su viaje.
Cuánta estupidez, cuánta miseria
de este régimen asesino. Fatuo, como él solo.
El problema del pueblo venezolano
debe resolverlo el pueblo con correcta dirección de clase, no solo en contra
del imperialismo yanqui, sino en contra del capitalismo burocrático y la
dictadura de grandes terratenientes y grandes burgueses hoy recreada por el
régimen corporativo y burocrático de Maduro.
Los problemas de los venezolanos
los resuelven los venezolanos, pero sujetos del internacionalismo proletario,
es responsabilidad del proletariado internacional dar todo el soporte ideológico
y político porque el proletariado de Venezuela asuma, con correcta dirección
ideológica, la responsabilidad de combatir a las clases dominantes, al
imperialismo y así allanar el camino de la Revolución de Nueva Democracia,
tránsito ininterrumpido al socialismo.
No obstante lo manifestado, si
dadas las condiciones en las que el imperialismo se atreva a invadir
militarmente Venezuela, es responsabilidad del proletariado internacional y los
pueblos oprimidos del mundo, aunar esfuerzos por combatir al imperialismo
yanqui en todos los planos, no como un acto de defensa al chavismo y a Maduro,
sino como un acto de apoyo, solidaridad de clase y necesaria lucha en favor de
las grandes mayorías de Venezuela quienes cargarán a cuestas con la
responsabilidad de emprender una lucha directa y violenta de liberación
nacional en contra del imperialismo y sus testaferros criollos.
¡QUE LA CRISIS DEL CAPITALISMO BUROCRÁTICO LA CARGUE LA GRAN BURGUESÍA
Y LOS GRANDES TERRATENIENTES!
¡DESENMASCARAR EL CARÁCTER BURGUÉS Y CORPORATIVISTA DEL RÉGIMEN
REFORMISTA DE MADURO!
LA MIGRACIÓN DE VENEZOLANOS ES PRODUCTO DE LA CRISIS DEL CAPITALISMO
BUROCRÁTICO EN VENEZUELA Y DEL CRIMINAL BLOQUEO IMPERIALISTA
¡LA SOLUCIÓN PARA LAS MASAS EN VENEZUELA NO ESTÁ EN EMIGRAR, SINO EN LUCHAR!
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