Las Revoluciones nacen
en los callejones sin salida.
Bertolt Brecht.
La burguesía compradora se hizo de la administración del viejo estado
burocrático terrateniente. Es por demás obvio lo que se nos viene.
Privatizaciones, recorte presupuestario en temas sociales; potencial
privatización de salud, educación y otras áreas que comprometen la
participación del Estado. Se desdoblarán los proyectos represivos dirigidos por
los EEUU e Israel contra los luchadores populares, todo bajo el paraguas de la
lucha en contra de las bandas delictivas.
El gobierno profundizará la entrega de sectores estratégicos a las
transnacionales. La minería a gran escala será activada para saciar la
voracidad de las grandes empresas extranjeras. Seguirán firmando Tratados de
Libre Comercio para abrir las fronteras a la producción masificada del
imperialismo en desmedro de la púber y débil industria nacional.
Internacionalmente, seguiremos siendo una marioneta más del imperialismo
yanqui, fundamentalmente. El país, “abrirá” sus puertas a una mayor penetración
de los yanquis, sobre todo, de su tropa, con bases militares, de ahí la
propuesta de la tan mentada Consulta Popular que alista el gobierno, cuyo único
propósito será atender las necesidades estratégicas del imperialismo.
Y no es que si ganaba González (el correísmo), las cosas hubieran sido
diferente. Tan solo habrían cambiado de forma, pero igual, nos arrastraban a
esa vorágine del desencanto.
¿Cuánto más debemos ceder como país para entender que las elecciones no
solucionan la contradicción que tenemos con el imperialismo y demás potencias
que nos asaltan a través de sus empresas transnacionales o que nos quieren
utilizar como una enorme base militar para dirimir las contradicciones entre
los imperialismos?
¿Cuánto más debemos lidiar con gobiernos que promueven la desvalorización
de nuestros salarios, la precarización laboral y profundizar el desempleo?
¿Cuánto más debemos soportar para que el país siga atado a relaciones de
producción semifeudales; que no tengamos industria, que la tierra sea acaparada
por las grandes empresas mineras, bananeras, camaroneras, etc., ¿propiciando
mayor concentración de la tierra en pocas manos en desmedro del campesinado
pobre?
¿Cuánto más tenemos que pasar parea entender que las elecciones no nos
conducen, sino a vivir el desencanto cada determinado tiempo para luego
estrellarnos con una realidad difícil de manejar en el espacio de movilidad
constitucional del viejo estado?
No tardará mucho hasta que volvamos a decir: ¡nos fallaron!; ¡nos
engañaron!, ¡todos son lo mismo! Y así repetir una y tantas veces después de la
inauguración de cada gobierno.
Hoy se le acusa a Iza por no haber empujado a las masas campesinas a que
voten por Gonzáles y de entregar en «bandeja de plata» el gobierno a Noboa. Lo
que no se dice es que todos esos centros de incidencia que tiene la CONAIE y el
movimiento indígena tienen caudillos, líderes locales, y que esos,
independientemente de lo que diga Iza, se fueron electoralmente con el mejor
postor. Ser indígena no lleva implícita una condición de rebeldía, de
coherencia o de clase. Por otro lado, Iza tiene su propia agenda electoral.
Negros nubarrones se forman en el cielo; el ambiente está caldeado. Mucha
sangre correrá por las calles. Muchos compatriotas se verán obligados a emigran
en búsqueda de oportunidades en otros países, aún a costa de ser aherrojados a
la explotación laboral y discriminación étnica. Se vienen momentos críticos
para nuestro pueblo; la bancarrota del viejo estado burocrático-terrateniente
es por demás obvia; el capitalismo burocrático ya no tiene capacidad de ser reimpulsado
desde ninguna de las tiendas políticas de la gran burguesía; solo nos queda organizarnos,
luchar y resistir.
El mayor logro que ha tenido el imperialismo en nuestro país ha sido
simplificar las contradicciones existentes entre correístas y no correístas. ¿Acaso
unos y otros no están podridos?, ¿acaso, correístas y no correístas no son
corruptos, populistas, demagogos y serviles al imperialismo?
En el Ecuador no hay terceras vías. El elemento consciente de la clase y
del pueblo no es una “tercera” opción; acá hay una confrontación entre la gran
burguesía (que tiene dos frentes, uno comprador -Noboa y otro burocrático,
Correa) en contra de la clase y el pueblo; son dos expresiones que tienen
carácter antagónico e irreconciliable. Solo hay explotadores y explotados.
¡No más a los falsos dirigentes indígenas, campesinos y populares!; demos
paso a una nueva corriente organizativa en el movimiento
campesino-popular-sindical. No más a los de siempre, banqueros o
seudorevolucionarios del siglo XXI; lo hemos sostenido: o luchamos, combatimos,
o morimos. No hay de otra.
Vamos a prepararnos para combatir a este régimen que, desde ya, se muestra
servil al imperialismo yanqui y a la insania sionista. Vamos a combatir a este
régimen que apunta a desandar todo lo andado por la clase en términos de
derechos. No podemos ni debemos estar supeditados de las intenciones políticas
de Iza o del movimiento indígena para activar la respuesta popular en contra de
las clases dominantes. La responsabilidad de tirar las riendas de la lucha
popular está en la clase obrera, no en los electoreros o en los trasnochados
que creen que, hasta antes de la colonia, nuestro pueblo vivía un remanso de
paz sin entender la dialéctica historia como corresponde.
¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!
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