PACHAKUTIK, UN REPRODUCTOR DE FEUDALIDAD

 

“La minga es el camino… vamos a dar el cemento y los materiales y esta obra no va a pasar de los 10.000 dólares gracias al esfuerzo de ustedes, gracias a la minga vamos a realizar este proyecto…con la mano de obra que ustedes van a poner” Lourdes Tibán.

Lo que no dice la patrona es que esa mano de obra no es remunerada, es gratuita. Amparada en la necesidad de que la prefectura cumpla con obras para las comunidades, las masas asisten, entregan su fuerza de trabajo sin retorno salarial, o estipendio. El Estado, a través de la prefectura, se apodera de la fuerza de trabajo de los comuneros, y eso, aquí, o en cualquier lugar, se llama relaciones de producción feudales.

Lourdes Tibán, dirigente de Pachakutik y mujer “de peso” en el movimiento indígena es conocida por sus permanentes pronunciamientos propios de una oportunista que ha sabido “vender” su condición de mujer, de indígena y de “venir desde abajo” para posicionarse en el viejo estado.

Ecléctica, reformista, oportunista, y no solo eso, una dirigente indígena que abiertamente a hecho llamados a votar por los sectores más retardatarios del país, como el de Lasso y ahora de Noboa; además, que, a su tiempo, ha traicionado la voracidad electoral de sus coidearios. Esta oportunista tiene sueños de perra flaca, quiere ser presidenta. Sin lugar a dudas.

Ahora, en condición de prefecta de Cotopaxi se ha lanzado en una campaña por promocionar la “minga” como un instrumento o institución que convoca a la participación de las masas en los trabajos de la prefectura y “bajar” los costos de las obras. Dicha participación es “poniendo la mano de obra”, mientras que ella, desde la, prefectura, pone las máquinas y el material, ya sea para construir caminos, carreteras, puentes, etc.

La propuesta de la Tibán lleva implícita la evolución de la semifeudalidad a instancias en las que se aprovecha del concepto solidario de la minga, que tenía cierta validez y efectividad en la sociedad comunitaria, jamás nunca en una sociedad de clases.

Tibán opera como agente corporativizador que, desde la institucionalidad del viejo estado, manipula a las organizaciones indígenas, campesinas, haciéndole creer que es “responsabilidad de todos” colaborar con el estado.

Las masas entregan al Estado largas jornadas de trabajo, y duro; en condiciones difíciles; a veces, sin las herramientas necesarias, ya que los indígenas y campesinos tienen que llevar sus aperos, que no llegan siquiera a ser herramientas. La Minga aguanta todo; ¿a cambio?: las obras, una gaseosa y un par de panes para cada indígena o campesino que aporta con su fuerza de trabajo.

Ya quisiéramos ver que la Tibán exija a los grandes terrateniente y empresas mineras de la provincia pidiendo que pongan el trabajo para concretar determinadas obras por parte del Estado; seguro, la mandan a la mierda.

La minga, en la actualidad, funciona en el marco de la solidaridad entre campesinos, indígenas. De ninguna manera, esta institución solidaria puede ser extrapolada a los roles que se supone debe cumplir el Estado con relación a las obras que debe realizar en favor de la ciudadanía, particularmente de las masas.

Lo que hace Tibán es feudal, pero no lo entiende, seguramente, no lo sabe. Definitivamente, Pachakutik, hoy en manos de otro electorero, son una negación del movimiento indígena, su vida, su organización, pero, sobre todo, de su rol en el papel transformador de la sociedad.

Ah, y habrá quienes sigan sosteniendo que el Ecuador es un país capitalista. ¡No hay peor ciego que aquel que no quiere ver!

LA NUEVA DEMOCRACIA BARRE CON LAS TRES MONTAÑAS: SEMIFEUDALIDAD, SEMICOLONIEDAD Y CAPITALISMO BUROCRÁTICO

¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!


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