El levantamiento indígena popular se mantiene firme. No solo por la
participación decidida de las bases del movimiento indígena, de sindicalistas,
estudiantes, vendedores populares y demás luchadores del pueblo que confrontan
a las hienas de la reacción, sino también por el aporte constante de
organizaciones y colectivos que, con víveres y demás vituallas, sostienen a las
compañeras y compañeros que resisten en las carreteras y en las calles del
país.
¡Cuánta generosidad y solidaridad de nuestro pueblo!
Destaca, además, el rol de los colectivos de abogadas y abogados que se han
puesto al servicio de quienes han sido detenidos ilegalmente por las huestes
del viejo Estado burocrático terrateniente. Particular reconocimiento merece el
Colectivo de Abogados Democráticos, organismo comprometido con las y los
compañeros procesados o capturados; gracias a su acción, muchos ya han
recuperado la libertad de las fauces del fascismo.
La lucha popular es un ejercicio colectivo que se alimenta del esfuerzo
solidario de quienes han desbordado las falsas direcciones oportunistas. Con
organización, disciplina y determinación, seguimos avanzando en la consecución
de nuestros objetivos. ¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!
¡HONOR A LOS PUEBLOS QUE LUCHAN, QUE RESISTEN!
¡LA SOLIDARIDAD DEL PUEBLO, EL INTERMINABLE
ALIENTO DE LUCHA!
¡ORGANIZAR, COMBATIR, RESISTIR!
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