EL SINDICALISMO DEL PAÍS EN MANOS DEL RÉGIMEN Y DEL REVISIONISMO


El 17 de julio se llevó a cabo la marcha nacional organizada por la CEDOCUT en contra de las pretensiones fascistas del régimen de imponer a los trabajadores explotados del país un Código de relaciones laborales afable a los intereses de la patronal y realizar la enmienda constitucional que aniquila de plano el sindicalismo público.

No obstante haber participado en la marcha expresiones del sindicalismo clasista dirigido por el Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo, lamentablemente debemos reconocer cuánta incidencia tiene en la actualidad la presencia de  la dirección revisionista en las centrales de trabajadores y desde luego, cierto “temor” del movimiento sindical ante las ínfulas represivas y criminalizadoras del régimen. Y no solo eso, sino la infantil manera cómo los dirigentes revisionistas del sindicalismo caen en la emboscada que tiende a los trabajadores el gobierno con el Código de Relaciones Laborales.

Mientras las centrales de trabajadores direccionan su plataforma de lucha en contra de la ley laboral, el régimen discreto, hábil (hay que reconocer) presenta una enmienda constitucional pidiendo la supresión del inciso tercero del Art. 229 que ampara a los trabajadores estar sujetos del Código de Trabajo pasando a ser “servidores públicos,” es decir, ya no estarían coberturados por el Contrato Colectivo sino que pasarían a ser parte de la LOSEP, Ley Orgánica de Servicio Público, argumento que de un solo tajo DESAPARECERÁ LOS SINDICATOS, desarmará organizativamente a los trabajadores y obviamente tendrá la vía expedita para seguir haciendo lo que hasta aquí ha hecho, criminalizar, penalizar la organización y protesta popular dando paso así al proyecto burocrático del régimen.

Algunos cientos de trabajadores se hicieron presentes en dicha movilización, pero hay algo que resaltar un aspecto notorio: hubo más policías uniformados y de “civil” que manifestantes, evidenciando lo que hemos venido diciendo desde hace años, la criminalización del movimiento obrero-popular ha llegado a tales extremos que se ha generado cierta sensación de pre-censura en la actividad sindical que ha perdido casi por completo su capacidad de lucha. Y claro, el régimen poco a poco va dejando sin espacios de movilización a los trabajadores consumando sus objetivos de eliminar todo vestigio de oposición a la reforma burocrática del viejo estado.
Basta observar que en la marcha del 17,  tres dirigentes populares fueron arrestados por la policía y además, la movilización fue petardeada con gases lacrimógenos dispersando el  esfuerzo de los trabajadores por pronunciarse.

De antemano estas movilizaciones ya están desarmadas porque ideológicamente las utiliza el revisionismo como elemento de presión para coberturar sus oscuros propósitos que convergen en las ínfulas caudillistas de sus dirigentes y las perspectivas electoreras de los partidos oportunistas a los que representan.

Mientras no aplastemos al revisionismo, mientras no descarnemos al oportunismo de las filas de la organización de los trabajadores difícilmente podremos direccionar a las masas de obreros y demás trabajadores explotados a tener certeza en sus luchas y derrotar al régimen fascista con la movilización y lucha popular.

Hay que bregar incansablemente por imprimir una correcta línea clasista al interior del movimiento sindical del país. Hay que combatir sin tregua las pretensiones del nuevo Código de Relaciones Laborales y las protervas maniobras que emprende el Ministro Carlos Marx Carrasco y sus lacayos como Marcelo Solórzano, enquistado en el seno de la Confederación de Trabajadores el Sector Público. Hay que bregar incansablemente por no permitir que se realice la enmienda Constitucional y por el contrario luchar porque se respeten nuestras históricas conquistas, la estabilidad laboral, salario digno, etc.

En el Ecuador existen aproximadamente 4000 organizaciones sindicales, de éstas 3200 se distribuyen en el sector público y 800 en el sector privado. La enmienda constitucional reducirá la capacidad de organización de los trabajadores explotados en un 80%, por un restante 20% con poca capacidad de convocatoria y limitados espacios de movilización y lucha precisamente por la misma razón de los anteriores, estar bajo el paraguas ideológico del gobierno, del revisionismo y del oportunismo.

Está escrito y la historia nos ha demostrado que es así, si no contamos con la línea ideológica correcta no conquistaremos nada. Rescatemos al sindicalismo nacional hoy en manos del revisionismo y del oportunismo. Imprimamos línea clasista en la organización obrero-popular. Si no materializamos estos objetivos seguiremos perdiendo la iniciativa en la lucha en contra del régimen, del viejo Estado y sobre todo, dejaríamos libre el camino burocrático para que el Poder burgués-terrateniente se sostenga.

¡ABAJO EL REVISIONISMO!
¡VIVA LA LUCHA DEL MOVIMIENTO OBRERO NACIONAL!
¡VIVAN LOS MÁRTIRES CAÍDOS POR LA CONQUISTA DE NUESTROS DERECHOS Y REIVINDICACIONES!


A DERROTAR CON MOVILIZACIÓN OBRERO-POPULAR AL FASCISTA Y SU PROYECTO CORPORATIVISTA



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