La movilización de trabajadores realizada el
17 de septiembre nos ha dejado algunas lecciones que requieren ser analizadas
de manera oportuna.
Si bien es cierto la convocatoria a la marcha
fue realizada por el revisionismo, las masas asistieron en gran cantidad en
respuesta no necesariamente a sus direcciones políticas (revisionistas) sino a
esa impostergable necesidad de contraponer
sus intereses de clase a las políticas represivas, impositivas y fascistas del régimen
de Correa.
El sindicalismo consciente y direccionado por
la línea correcta no podía estar ajeno a esta jornada de lucha, sobre la marcha
se va evidenciando que los trabajadores explotados poco a poco van perdiendo el
miedo, rompen con la censura impuesta por el régimen y la intención de lucha
crece de manera vertiginosa desarmando la estrategia represiva de Alianza País.
Ya no tiene cabida la burda amenaza del fascista
que pertrechado de un Código Penal draconiano, un aparato represivo muy
numeroso y agresivo, represor y el apoyo de las ratas revisionistas que
conforman su séquito, no pudieron contrarrestar la movilización popular que
progresivamente fue radicalizando su accionar hasta contar con el importante y
siempre decidido apoyo de los estudiantes que elevaron los niveles de
combatividad, relegando el clamor de ese otro revisionismo y oportunismo que
enquistado en la marcha pretendía no una jornada de lucha, sino un despropósito
alineado con el pacifismo conciliador.
Se está perdiendo el miedo al aparataje legal
y represivo del régimen. Eso es lo importante. Las masas van rebasando a las direcciones revisionistas de sus
sindicatos, eso es fundamental.
Es importante la activa participación del
Frente de Defensa de Luchas del Pueblo con un alto grado de combatividad y
convocando a fortalecer UNA LÍNEA
CLASISTA EN EL MOVIMIENTO OBRERO EN EL ECUADOR.
Producto de la marcha hay aproximadamente 150
detenidos y medio centenar de heridos, golpeados y contusos entre las masas.
Del lado de la represión reportan aproximadamente 40 policías golpeados y entre ellos un herido de importancia.
Medio centenar de estudiantes están siendo
procesados jurídicamente y todos serán separados de sus colegios conforme lo
establecen las nuevas regulaciones legales. El fascista pretende jóvenes
estudiantes sumisos, pasivos,
pusilánimes. El fascista sueña con un proletariado pasivo, medroso, tiene
certeza del papel que está cumpliendo el revisionismo al interior de la
organización sindical y su capacidad de desmovilización. Sueña despierto, ni jóvenes
ni los trabajadores consientes están prestos a claudicar en sus propósitos.
Pero ese es un aspecto de la jornada, hay
otro, el del régimen.
Fiel a la estrategia imperialista reproducen
–sobre los hechos- su estrategia de contraponer masas contra masas y con ese
propósito organizaron la contramarcha.
Ratas miserables del PCE cabezón,
organizaciones indígena-campesinas estabuladas por el oportunismo, otros
dirigentes y movimientos del revisionismo y del oportunismo se prestaron para
cerrar la pinza que delineaba la emboscada del gobierno a los manifestantes.
Si la policía se encargó de reprimir
violentamente a las masas, de operar políticamente en términos violentos,
cruentos, fueron el revisionismo y el oportunismo el que pretendió dar el golpe
político desde la perspectiva de la condena a la marcha, de apoyo al régimen
corporativista, de querer mostrar masas contentas con la reforma burocrática,
etc.
Estas mesnadas se movilizaron, gritaban
consignas, arengaban por la defensa de su mamotreto de revolución del siglo
XXI, condenaban la movilización de los trabajadores y posteriormente montaron tarima
con cantantes y bailarinas, estaban en su fiesta, su jolgorio, la danza de las
hienas.
Que el fascista se haya desbocado una vez más
en contra de las masas es entendible, está ahí, su régimen es eso, represor,
responde a la burguesía burocrática y la necesidad de revitalizar el capitalismo
burocrático. Que el revisionismo colaborador del gobierno monte su payasada,
subestime y agreda a las masas también es entendible, pues desnuda de manera
palmaria su rol como principal aliado del imperialismo y de la reacción, pero que
no se equivoquen porque no vamos a olvidar, no vamos a dejar que en el tiempo
se diluya su traición y rastrero comportamiento, tendrán que rendirle cuentas a
la clase y al pueblo. ¡Que no duden de eso!
Y desde luego, el revisionismo que hoy milita
en la oposición, no es diferente. Una vez más se monta en las masas, se
empodera de sus luchas, de sus reivindicaciones, y no precisamente porque le importe organizar el descontento popular,
sino porque encuentra en la movilización de los trabajadores y pueblo oprimido,
la tribuna para levantar su discurso conciliador, constitucionalista,
oportunista. Igual, también hay que barrerlo, hay que IMPONER el sindicalismo
de clase, el que brega por dotarle al proletariado independencia de clase y con
ella de propósitos, de programa, de formas de luchas.
Hay que organizar la creciente protesta
popular, sin apoyarse en el
revisionismo, porque al hacerlo no estamos apoyando en su ideología y nos
convertimos de manera activa en su aliado. Hay que organizar a las masas con instrumentos
que tengan sello de clase, donde el proletariado sea el mando, donde las masas
organizadas sean complemento de aquello que se ve venir: ¡LA REBELIÓN POPULAR!
¡A
DESARROLLAR LA CRECIENTE PROTESTA POPULAR!
¡LA REBELIÓN
SE JUSTIFICA!
LIBERTAD A LOS
LUCHADORES POPULARES DETENIDOS POR EL RÉGIMEN FASCISTA DE ALIANZA PAÍS
¡SERVIR AL
PUEBLO DE TODO CORAZÓN!
<si quiera sabes lo que facismo primero lee y luego vienes a criticar el gobierno del correa.. y ve las sabatinas... y fijate a nivel general todas las cosas que hace el correa por su pueblo
ResponderEliminar