La violenta acción armada en
contra de la revista Charlie Hebdo y la ejecución de algunos de los caricaturistas
ha sido sin lugar a dudas la noticia más difundida en los últimos días.
Como era de esperarse, el imperialismo, la
reacción y sus lacayos han salido a respaldar y solidarizarse con el estado
francés y a condenar no solo al terrorismo (que ellos mismo crearon) sino al
mundo islámico en general.
De hecho, en el Ecuador, el fascista Correa
hizo lo mismo, emitió su mensaje de solidaridad con el gobierno y estado
francés. Bueno, es el pronunciamiento del régimen, el pueblo tiene otra lectura
al respecto.
La prensa local se sumó a recrear la noticia
tratando de “depositar” en el Islam la responsabilidad de la violencia en el planeta.
Sin embargo, el diario El Comercio del
día 11 de enero del 2015, entre rimbombantes noticias sobre los “atentados” en
París publica una pequeña nota, no más grande a un aviso clasificado sobre otro
atentado, esta vez en Nigeria, donde una niña se inmoló matando a 19 personas.
Claro, la noticia intrascendente, es la libertad de expresión, Nigeria no
representa lo que Francia para el imperialismo.
Entre los creyentes del islam, al igual que del
catolicismo y otras religiones, de la misma manera como existen elementos
retardatarios, reaccionarios también hay elementos revolucionarios, hay masas
que se adhieren al programa de lucha en contra del imperialismo, del
oportunismo, es más, han venido siendo militantes de procesos revolucionarios
bajo dirección del proletariado, tal es el caso de campesinos pobres aún
sujetos del catolicismo que hicieron y hacen filas en el Ejército Popular en el
Perú, en Filipinas, donde la incidencia musulmana es importante, no diferente en Turquía y en la India donde la
religión es un pesado lastre que debe cargar el pueblo sobre sus hombros y en
su conciencia.
No diferente es Siria, Afganistán, Irak, Libia,
y otros, cuyos pueblos, independientemente de su religiosidad y de no desarrollar
guerras populares, nos han dado muestras de mucha rebeldía y combatividad en
contra de los regímenes tiránicos, también han sabido entregar generosamente su
sangre infringiéndole importantes derrotas al imperialismo y espoleando a las
masas de los demás países oprimidos hagan lo mismo.
La inexistencia en estos países de partidos
comunistas pertrechados de la ideología correcta ha determinado que en muchos
de los casos el elemento identificador de estas masas, además de la explotación
a las que son sometidas por las clases dominantes, la opresión nacional y a la
brutal agresión que les infringe al imperialismo, sean sus manifestaciones
religiosas las que tienda puentes con sus objetivos comunes, sobre todo en la
brega antiimperialista. Eso lo entendemos, no obstante el proletariado de esos
países debe batallar incansablemente por generar partidos que asuman la
responsabilidad de dotar a esas luchas del derrotero correcto por la conquista
del Poder y hacer de la de liberación nacional un instrumento más de la gran
revolución Proletaria Mundial.
El
atentado a la revista en Francia no nos llama la atención. Tres, cuatro
individuos ponen circunstancialmente en jaque a una potencia mundial que se vio
apurada a movilizar 80 mil tropas para tratar de contrarrestarlos y
eliminarlos. Pero hay que dejar en claro, los terroristas no atacaron a Charlie
Hebdo básicamente porque éstos se burlan de su religión, lo hacen porque la
revista, el estado, la prensa en sí representa “occidente” y se extravían en el
manejo de ese genérico (occidente) pues no consideran (ni les interesa, desde
luego) entender que ese no es un todo, que ahí también hay pueblo, masas
explotadas.
En el
escenario internacional, contrario a lo que sostienen muchos camaradas y
compañeros, el conflicto en el Magreb, Golfo Pérsico y países árabes no es una guerra religiosa, o una guerra en
contra del fundamentalismo, o lo que se aprestan a decir los “intelectuales” de
la reacción, una guerra de “civilizaciones”, sino una lucha de clases y por lo
menos la que se esgrime en Siria, Afganistán, Libia e Irak es una lucha de
liberación nacional con incorrecta guía ideológica.
Cuando la revista publica sus burdas caricaturas,
más allá de que en un momento determinado uno de los caricaturistas de manera
pragmática haya mostrado sus simpatías a la resistencia kurda en contra de Isis
o EI, le estaban haciendo el juego al imperialismo, tanto así que ahora acongojados
se reúnen y se manifiestan apoyo; ahora fortalecen sus alianzas “antiterroristas”
que en verdad no dejan de ser sino grandes frentes económicos, políticos y
militares en contra de los pueblos que
resisten ante su voracidad y agresión. Ahora están argumentando nuevas
campañas de guerra que sin duda alguna volverá a dejar un reguero de sangre y
destrucción en Palestina, Siria, Irak. De hecho, François Hollande, anunció que su país ha movilizado al portaaviones Charles de Gaulle para
intervenir en Irak con “todavía más
fuerza e intensidad”. De ese se trataba todo esto, nada más. La provocación
de la revista a los musulmanes y muy particularmente a ISIS, la descabellada
reacción de éstos en contra de Francia es parte de una trama que tenía, debía,
urgía devenir en esto, una mayor participación francesa en la agresión a Irak y
Siria, particularmente.
No vamos
a ser hipócritas o a sucumbir en el sentimentalismo pequeño burgués, no nos
duele en absoluto la muerte de los periodistas franceses, para nada, todas esas
sangres juntas no hace una sola gota de la derramada por uno de los miles de
niños brutalmente asesinados en Palestina. No nos preocupa la ansiedad en la
que vive el régimen político en Francia, por el contrario, que se ahoguen en su
dolor, en sus angustias, en su sangre. Los terroristas son parte de todo este
sainete, bribones útiles, hijos ilegítimos de Francia, EEUU, Gran Bretaña,
Australia, Canadá, etc. Engendros de una misma placenta, de aquella que
combatió en contra de los soviéticos en Afganistán, de aquellos que masacran al
pueblo Sirio, de los que destruyeron Irak, de aquella placenta que coludida con
el sionismo destruye y desgarra con tanta sevicia en Palestina, de aquellos que
a pesar de la ensañamiento no pueden doblegar al pueblo Kurdo. A la final
sabemos que no hay “mejor cuña que la del mismo palo” y el ISIS o EI, Al Qaeda
es eso, un monstruo que se volvió sobre sus creadores.
Nos solidarizamos sí con el proletariado y
pueblo de Francia que de una u otra manera vive la zozobra y el marasmo al que
los han llevado las clases dominantes y el imperialismo. Nos solidarizamos sí con
el pueblo y masas de los pueblos donde el islam es la religión preponderante,
porque ellos son y seguirán siendo las víctimas del imperialismo y de aquellos
que cabalgando en el corcel de la religión los arrastran a vivir una violencia
desmedida que solo sirve a las grandes potencias.
Nos solidarizamos sí con cualquier pueblo que
independientemente de su religión lucha por su liberación.
Charlie Hebdo creó las condiciones públicas e
internacionales para la agresión que se ve venir de manera más cruenta contra
los pueblos oprimidos del mundo. Nosotros, el proletariado, campesinos pobres y
demás explotados en el Ecuador nos quedamos con Palestina, con las masas
agredidas en Siria, en Líbano, Irak y Afganistán. Nosotros nos quedamos y
apoyamos decididamente las guerras populares en la India, Turquía, Filipinas y
el Perú. Nosotros nos quedamos con los pueblos del mundo que luchan en contra
del imperialismo. Nosotros nos quedamos con el proletariado y su correcta guía
de los procesos democráticos y que oportunamente sabrá dar correcto tratamiento
al problema de la religión en sus países.
Lo de Charle Hebdo, con ese cuento, a otra
parte…
NI
FUNDAMENTALISMOS, NI GUERRAS RELIGIOSAS NI CHOQUE DE CIVILIZACIONES. LA LUCHA
DE LOS PUEBLOS EN LA ORBITA ISLÁMICA ES UNA LUCHA DE CLASES Y DE LIBERACIÓN
NACIONAL.
Comentarios
Publicar un comentario