El 17 de marzo pasado, las
masas trabajadoras explotadas y con alto nivel de conciencia una vez más se
movilizaron combativas en contra del régimen fascista, corporativista y
reformista de Alianza País.
La profunda crisis en la que
ha caído el régimen de Correa, no como él lo señala, producto de la baja del
precio del petróleo en el mercado internacional, sino consecuencia de la crisis
que vive el capitalismo burocrático, la debilidad estructural de la economía y
política del país que hoy muestra el más descarado y cruel de sus rostros:
desocupación acelerada: 6 de cada diez ecuatorianos no trabajan o si lo hacen
es desde el subempleo, informalidad, superexplotación, salarios por debajo del
mínimo vital, etc. Alto costo de la vida, altos niveles de endeudamiento
popular por vías no convencionales (usura), angustia y desesperación en los
hogares populares ante la incapacidad de reproducir su fuerza de trabajo o
satisfacer las más elementales condiciones de vida digna. Criminalización de la
organización y protesta popular, y como si todo eso fuera poco, la reducción
del salario de miseria (básico, 366 ante una canasta básica de 700 dólares)
solapada en la reducción de las horas de trabajo.
Pocos regímenes han
trabajado en función del imperialismo como lo ha hecho el presente. Pocos
regímenes han trabajado en beneficio de la gran burguesía como precisamente ha
obrado el de Rafael Correa. La reconstrucción del viejo estado, vivificar en
algo el capitalismo burocrático demandaba un gobierno de esta naturaleza, que
si bien es cierto ha tenido comportamientos asistencialistas, obras de impacto
visual ante las masas, etc., en primera y última instancia han fortalecido a
las clases que detentan el Poder para descargar la crisis del estado sobre los
hombros de las mayorías.
Pero a cada paso del
fascismo gobiernista, las masas también dan lo suyo. Vamos mejorando los niveles
de organización. Vamos fortaleciendo la línea clasista al interior del
movimiento sindical. Ya se está combatiendo y asilando al purulento
revisionismo. El miedo está siendo dejado atrás y está cambiando de bando. Movilizarse-luchar
hoy es un reto cotidiano que crece y no se detendrá hasta conquistarle triunfos
al desgobierno y al régimen anti popular.
El 17 de marzo ha sido quizá
uno de los días más significativos y emblemáticos de las luchas desplegadas por
la clase y el pueblo en los últimos años.
En la ciudad de Ibarra, el Frente
de Defensa de los Trabajadores de Imbabura desplegó una importante y masiva
movilización mostrando su rechazo y condena al régimen y a las últimas medidas
acuñadas en la nueva ley laboral.
Pero ¿qué marca la diferencia
con las otras movilizaciones? Mucho. Primeramente porque la marcha dirigida por
obreros consientes expresó la más clara independencia de clase en su
organización, en sus reivindicaciones, pero sobre todo, en su dirección
política e ideológica.
Cada vez cala de mejor
manera las posiciones anti oportunismo que esgrime el Frente. La no
permeabilización a corrientes anti obreras que tratan de apoderarse de esos
espacios de lucha del proletariado y pueblo oprimido es determinante en la
construcción de un movimiento sindical coherente con los postulados del
proletariado y los requerimientos del pueblo.
El 17 de marzo no solo se
combatió al régimen, también se combatió y expulsó a agentes del revisionismo y
del oportunismo que “pescando a río revuelto”
quisieron incursionar en la marcha para arrastrar a los trabajadores a la
vorágine electorera, pretendiendo desviar el carácter de la lucha a un mero
ejercicio de cara a las elecciones del próximo año.
Qué el revisionismo
entienda, con la misma fuerza que vamos a combatir al régimen vamos a combatir
sus propósitos. No hay cabida en el nuevo movimiento sindical a los agentes
burgueses en filas de la clase.
Los logros de la marcha
fueron decidores y tienen proyección en el futuro. Pero no todo es así de
coherente. Con pesar vemos como el oportunismo y el revisionismo sigue
cabalgando a las masas que buscan la forma de expresar su rechazo a las medidas
gubernamentales.
En Quito, la dirigencia de
la Conaie, de los sindicatos manejados por el revisionismo marchaban sin rubor de
la mano de militares retirados, precisamente de aquellos que hoy hacen filas en
los sectores más reaccionarios del país, aquellos que oportunamente masacraron
al pueblo, torturaron, asesinaron, que se llevan el presupuesto en hombros, hoy
van de la mano con Pérez y compañía al ritmo del saxo que al parecer busca auditorio
entre los oprimidos y terminan convirtiendo las jornadas de lucha del pueblo en
verdaderas comparsas electoreras.
Tenemos mucho por hacer aún.
Los primeros pasos los estamos dando firmemente.
Las masas han empezado a comprender
que la gran burguesía y grandes terratenientes tienen en el revisionismo y en
el oportunismo a sus aliados estratégicos, que coludidos se apoyan en el viejo
estado para agredirnos, perseguirnos, encarcelarnos, pretendiendo arrebatarnos
nuestra dignidad de lucha, nuestro derecho a
pelear decididamente contra todo y todos quienes nos explotan. La
izquierda tradicional una vez más cómplice de esta ofensiva anti popular ha
insistido en sus hoscos y pútridos intentos por seguir induciendo a las masas a
transitar el camino burocrático, electorero, conciliador, desnaturalizando
desde la base el anhelo de cambios estructurales en el país.
El Frente de Defensa de los
Derechos de los Trabajadores de Imbabura ha denotado ser un organismo que
responde a las necesidades de nosotros, los desposeídos, los explotados, los
relegados, los sin techo, los sin tierra,
los sin empleo, sin vivienda, de aquellos que en definitiva no tenemos nada que
perder sino las cadenas que nos atan a la miseria y explotación.
Es importante resaltar como
hoy el Frente se fortalece, busca la manera de ampliar y de comprometerse
en las luchas de todos los sectores de trabajadores, informales, estudiantiles,
poblacionales que han sido traicionados por la demagogia gubernamental, la
estupidez electorera y mundana de la izquierda tradicional y de aquellos que
cotidianamente ven en las luchas del pueblo una plataforma política para sus
mezquinos intereses.
Proletariado y pueblo del
Ecuador: ¡¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!!
¡VIVA
LA LUCHA DEL PUEBLO ORGANIZADO!
¡VIVA
LOS TRABAJADORES CON SELLO DE CLASE!
¡LUCHEMOS
POR UNA LÍNEA CLASISTA!
¡ABAJO
EL REVISIONISMO Y EL OPORTUNISMO!
¡ABAJO
EL RÉGIMEN FASCITA DE RAFAEL CORREA!
¡ABAJO
LAS ENMIENDAS CONSTITUCIONALES!
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