Este régimen se está
caracterizando por mostrar todo la podredumbre del capitalismo burocrático en
el país.
Entreguista, pro imperialista,
represivo, discriminador, inoperante, permisivo con la gran burguesía y los
grandes terratenientes y ahora, otra de
sus facetas: ¡mentiroso!
Miente sobre el número de
contagiados; miente sobre el número de muertos por afecciones generadas por el
coronavirus. Miente sobre el caso de corrupción criminal en la compra de
mascarillas.
El hecho de que el Frente de
Defensa de las Luchas del Pueblo tenga en su seno a una serie de sindicatos y
organizaciones que representan a los trabajadores de la salud, nos permite
tener una visión más clara de cómo y en qué condiciones el virus ha afectado a
la población, sobre todo a la más vulnerable, a las masas, a la de los barrios
marginales, a la de los trabajadores que se ganan el día a día en las calles y
ahora, cómo ha empezado a penetrar en el campo afectando obviamente a los campesinos
pobres.
Entre mentira y mentira, el
régimen a tratado de esconder su inoperancia sacando a las calles a las FF.AA;
de hecho, los últimos en haber sido incorporados a reprimir al pueblo es el
batallón de fuerzas especiales. Inexplicable, necesitan asesinos especializados
para forzar a punta de garrote, patadas, humillación y demás vejámenes a las
masas que no pueden estar en el encierro forzado porque NO TIENEN CON QUÉ
MANTENER A SUS FAMILIAS.
Las FFAA, la policía y los municipales,
al igual en la rebelión de octubre, una vez más sacan a flote sus más bajos
instintos represivos, criminales; sus garras, su violencia y odio por los
pobres, por las masas del país. ¡Cuánta miseria de estos títeres del viejo
Estado!
El régimen miente, porque dijo
que no iba a permitir que los empresarios despidan a sus trabajadores durante
la emergencia. Patrañas. Grandes empresas como Confiteca y floricultoras
precautelan sus intereses de clase y sin empacho alguno despiden a los
trabajadores, los mandan a la calles en plena crisis ante la cómplice mirada
del gobierno.
La última perla del régimen y sus lacayos provinciales.
Durante 9 décadas, las masas
pobres, los informales tenían sus puestos de venta en el centro de la ciudad de
Machala, El Oro. Al no contar con un mercado que pueda acoger a esta venta
informal, a las masas no les quedó otra alternativa sino argumentar su sustento
de vida vendiendo en las vías de la ciudad.
El día de ayer, utilizando el
engaño, la mentira; miembros de la policía municipal de Machala, militares y
policías liderados por autoridades municipales se acercaron a los comerciantes
para manifestarles que era necesario se retiren de sus puestos de venta porque
iban a ser fumigados para evitar la contaminación.
Desde luego, era de esperarse.
Las masas acataron el pedido y se retiraron dejando su estructura y productos
en las veredas de las calles que ocupaban.
No llegaron los fumigadores; por el
contario, llegaron las FFAA, militarizaron las calles y metieron tractores para
destruir los locales de venta de los informales de la manera más ruin y
criminal.
¿Qué esperan que hagan esos miles
de familias que dependían de las ventas diarias en el mercado informal? ¿Acaso
les van a entregar 60 dólares mensuales para que las familias vivan con esa
miseria? ¿Cómo se van a sostener esas familias precisamente cuando la situación
del país y particularmente de las masas es crítica?
El Frente de Defensa de las
Luchas del Pueblo del Ecuador se solidariza con los vendedores informales de
Machala. Rechaza y condena las medidas inoportunas, mentirosas y represivas que
desata este régimen mamerto, incapaz y que por ahora, en medio de la crisis que
no ha sido generada precisamente por la pandemia, sino por la incapacidad del
estado de responder a las más elementales necesidades de las masas, precariza y
pauperiza más las condiciones de vida de los pobres del país.
La guerra contra el coronavirus
que el régimen la ha llevado a una guerra contra el pueblo, evidencia una vez
más cómo el viejo Estado burgués-terrateniente; el capitalismo burocrático y la
dictadura de grandes burgueses y grandes terratenientes debe ser destruida con
el más profundo odio de clase.
¡NO AL DESPOJO DE LOS TRABAJADORES INFORMALES!
¡NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA Y DISPONER DE ESOS RECURSOS PARA
ENTREGAR EL EQUIVALENTE DE UN SALARIO BÁSICO MENSUAL A LAS FAMILIAS DESPOJADAS
DE SU TRABAJO!
¡NI PERDÓN NI OLVIDO PARA ESTE RÉGIMEN MISERABLE!
¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!
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