La
rata huele el peligro, sabe lo que se le viene. Presuroso se repliega a su
guarida en Carondelet. Se pertrecha.
Militares, policías, municipales; alambradas, barricadas y tanquetas se han constituido
en su último anillo de seguridad.
Ciertos
dirigentes de la dirigencia sindical, indígena, campesina y popular son su seguridad
externa. Estos tienen la tarea de desmovilizar a las masas para tratar de que
no arremetan contra el reducto del gobierno.
Definitivamente
son vanos los intentos, nada podrá salvar al miserable. Hay que botarlo a
patadas del gobierno; vamos a desmontar el plan de guerra desatado contra el pueblo
al que ha hundido en la más abyecta miseria, desempleo, hambre y dolor.
Las
grandes jornadas de lucha en octubre pasada tuvo al pueblo, al elemento consciente
del sindicalismo, pero, sobre todo, a los campesinos como los actores fundamentales.
Desde luego, hubo aquellos que buscaron protagonismo y asumieron el rol de
curacas, de chapetones y felipillos; otros, de capataces de las masas, sobre
todo en el movimiento indígena. Radicales de verbo, ambiguos en la acción, pero
tibios y débiles ideológicamente, y claro, terminaron arrastrados por el torrente
electorero y hasta ahí llegó su compromiso con las masas, con los campesinos e
indígenas. Yaku Pérez, Marlon Santi, Blanca Chandoso, Lourdes Tibán; y ahora,
Jaime Vargas, que en una clara manifestación de complicidad con el régimen y
“fino” en su cálculo electoral, desmoviliza al movimiento indígena-campesino
señalando que “su” movimiento no participará en la marcha planificada para el
25 en todo el país.
“hoy
estamos preocupados de salvar vidas”, dice; sin entender que el problema del Covid
no solo es de orden sanitario, sino que devino en una lucha a muerte entre la
nación y el imperialismo; entre la dictadura de grandes burgueses, grandes
terratenientes y el proletariado, los campesinos pobres y demás masas
explotadas del país; entre el gobierno y las grandes mayorías que hoy son
lanzadas a la desocupación absoluta, a la precarización del trabajo, a la
superexplotación del trabajador; a la viveza de los empresarios que liquidan a
sus trabajadores después de 22 años de trabajo sin ninguna liquidación, o
cuando lo hacen no va más allá de 400 dólares; de 200, o el colmo de 0,22
centavos por haber generado riqueza para estos miserables.
No
hay escusa alguna; luchamos o morimos. No hay justificación que valga, urge
agitar el campo y bloquear las principales arterias viales del país; urge salir
a las calles e ir por las ratas a la Asamblea, a Carondelet y a sus domicilios.
Si ellos se atrevieron a llevar desempleo, hambre, miseria, dolor y angustia a
nuestros hogares, nos corresponde llevar miedo, angustia, incertidumbre, pánico
y dolor a sus hogares.
Vamos
el 25 de mayo a sacar a las ratas de sus madrigueras, derogar las medidas anti
populares, entreguistas y cómplices con el imperialismo, el FMI, la gran
burguesía y grandes terratenientes.
Proletariado,
campesinado pobre y demás masas explotadas del país, recuerda, el régimen no
redujo el presupuesto para las FFAA ni a la policía nacional; además, no redujo
el salario de estos como si lo hizo con tu salario, con el de los obreros,
campesinos, trabajadores de la salud, profesores, es decir, compró la lealtad
de estos miserables que ya han venido mostrando su verdadero rostro como
verdugos del pueblo. En esa medida, no caigamos en los discursos patrioteros o
democráticos de ciertos miembros de la reacción; no olvidar a Lucio Gutiérrez
cuando fue militar activo y en lo que devino; por lo tanto, vamos al
levantamiento campesino-obrero popular el 25 en contra de las medidas
económicas/laborales y a desmontar al gobierno títere.
¡LA HISTORIA LA HACEN LOS
PUEBLOS!
A CERRAR EL PASO A LOS
CURACAS, A LOS DIRIGENTES OPORTUNISTAS Y TRAIDORES, A LOS ELECTOREROS
¡A FORTALECER EL FRENTE
ANTI ELECTORAL!
¡A SACAR DE SUS REDUCTOS A
LAS RATAS DE LA ASAMBLEA Y DEL GOBIERNO!
POR UN LEVANTAMIENTO
COMBATIVO, DECIDIDO E INTRANSIGENTE:
¡LA
REBELIÓN SE JUSTIFICA!
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