No hay partido político o gobierno alguno que tenga las manos
limpias. Todos, absolutamente todos están manchados, si es que no es de sangre,
es de robo, de estafa, de la más abyecta corrupción. Algunos de estos delincuentes
han sido evidenciados; la mayoría no, siguen ahí robando y aprovechándose del
aparato Estatal.
Basta recordar a Rodrigo Paz y la sucretización de la deuda externa
en el gobierno de Oswaldo Hurtado, una muestra de cómo desde la gestión pública
se fortalece el capitalismo monopolista de Estado que se expresa como la fracción
burocrática de la gran burguesía.
Hoy, aunque también ayer, Abdalá Bucarám está envuelto en nuevos
actos de corrupción. Populista, represivo, drogadicto; ha hecho de su familia
un verdadero cartel delincuencial; es más, es el típico caso de esa burguesía
que tiene que estar cerca o junto al Estado para poder reproducirse (burguesía
burocrática). De igual manera, el alcalde de Quito, el prefecto de Guayas, Carlos
Luis Morales; familia es del vice alcalde de Quito y así, una larga lista que
no termina.
Cierto es, la gran burguesía y grandes terratenientes ecuatorianos
siempre han sido corruptos, pero esta vez se graduaron, se pasaron, ni siquiera
en épocas de crisis humanitarias tan tremendas, dramáticas, como las que hemos
tenido que confrontar han bajado la guardia o han dejado de delinquir.
En el terremoto de Manabí se robaron recursos económicos,
donaciones, medicinas, y le metieron las manos a los contratos de emergencia.
Ahora, en medio de la pandemia, se llevan en costales el dinero de los hospitales,
medicinas, pruebas, etc.
El viejo Estado está viciado hasta el tuétano. Mientras los
trabajadores de la salud y los médicos morían por no tener implementos de
bioseguridad, las autoridades se robaban los recursos destinados a la compra de
estos.
Mientras nuestro pueblo muere en las calles sin siquiera poder
llegar a un hospital o, si tiene la suerte de llegar, termina feneciendo en los
pasillos, servicios higiénicos, patios o las aceras de los mismos porque no los
pueden atender por falta de camas, respiradores y demás implementos de urgencias;
estos rapaces se llevan los recursos que se supone están destinados a la
atención médica de nuestro pueblo.
Carroñeros, sanguijuelas, vampiros, miserables. ¿Puede existir acaso
acto más abominable que este tipo de delitos?; ¡imposible!
Pueblo del Ecuador, recuerda, es por estos miserables que votas en
las urnas; son estos carroñeros los que sin sangre en la cara salen a pedir tu
voto para prometer solución a todos los problemas, necesidades. En campaña electoral
te ofrecen el cielo, sin embargo son agresores de ese infierno que se muestra
en el hambre, desempleo, miseria en la que vivimos.
Y hay que ser claros, no importa si son socialcristianos, madera de
guerrero, socialistas, correístas, Creo, Unidad Popular; o por decirlo de otra
manera. Nebot, Correa, Moreno, Gutiérrez, Yaku Pérez, Lourdes Tibán, Jaime
Vargas o cualquier otro miserable, resultan ser la misma mierda, ya que harán
lo que todos han venido haciendo desde hace siglos, robando, reprimiendo, asesinado
y obviamente, gobernando en función de sus intereses de clase.
También es importante no caer en el juego del gobierno. Si bien es
cierto estos delincuentes han sido mostrados públicamente como lo que son y
algunos han sido detenidos, hay que entender que por ahora no son funcionales
políticamente para el gobierno del títere Moreno, tampoco a los intereses que
tiene la gran burguesía de llevarse el país en hombros, es decir, achicar el
tamaño del Estado para vender a precios de gallina robada las empresas
estatales, las reformas laborales en beneficio de la gran burguesía, y otros
más, en esa medida, nos lanzan una cortina de humo para seguir con sus
propósitos de entregar cada vez más el país al imperialismo yanqui, profundizar
la semifeudalidad oxigenando al capitalismo burocrático que desde hace mucho
tiempo “hace agua” y se hunde.
Quisiéramos que los corruptos se vayan a la cárcel; pero tendrán
presidio de lujo, o medidas sustitutivas, esto es, pagar condenas cortas en sus
domicilios o en clínicas particulares; contrario a lo que le hacen vivir a un
hijo del pueblo detenido en medio de la pandemia por salir a vender sus
productos en las calles.
Quisiéramos que todos sean enjuiciados y sentenciados, pero no,
están vacunados en contra de eso; el capitalismo burocrático es panacea para la
corrupción, por lo tanto solo le corresponde al pueblo ¡castigar a sus verdugos!
EL VIEJO ESTADO
ESTÁ PODRIDO, HAY LAS CONDICIONES OBJETIVAS PARA LA REVOLUCIÓN: ¡HAGAMOS LA
REVOLUCIÓN!
¡LA REBELIÓN SE
JUSTIFICA!
¡COMBATIR Y
RESISTIR!
¡POR LA REPÚBLICA
POPULAR DEL ECUADOR!
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