La emancipación de la mujer
no encontrará en la lucha de género o en el feminismo burgués
el camino correcto para su
concreción; solo la lucha de clase y la
lucha por el Poder
permitirá que la emancipación de la mujer sea
un hecho cierto!
Es imposible hacer la revolución
sin la participación de las mujeres; pero también es imposible pensar que la
emancipación de la mujer se pueda dar por fuera de la revolución y del Nuevo
Poder.
Los niveles de participación de
las obreras, campesinas pobres y del pueblo en general es cada vez más
importante y decidora.
En el movimiento sindical del
país, sobre todo asociado al elemento consciente de la clase que brega desde el
sindicato de trabajadores de la salud, la presencia y lucha de las mujeres,
además de ser superlativo, ha estado inscrito en niveles de dirección.
No diferente sucede en la brega
que desarrolla el Comité de Campesinos Pobres, donde las mujeres realizan importantes
jornadas de lucha, ya sea en la recuperación de tierras para el campesinado
pobre como en la lucha por combatir y expulsar a las grandes empresas mineras.
Por principio nos negamos a
considerar que el carácter de la sociedad ecuatoriana y en ella, del viejo
Estado sea patriarcal, machista, porque sería desacatar lo que nos señala un
correcto análisis materialista histórico y dialéctico. El rol de los
individuos, independientemente de su condición étnica, cultural, sexo o género,
está íntimamente ligado al desarrollo de las fuerzas productivas, y en ellas,
las relaciones de producción.
La sociedad ecuatoriana es
semifeudal y semicolonial, y es precisamente bajo esas condiciones donde
subyacen relaciones de producción que van de lo feudal a semifeudal, donde la
explotación de la mujer es mucho más abyecta, directa y hasta cruenta. La
servidumbre, expuesta en todas sus manifestaciones se expresa de mayor y mejor
manera en la relación que establecen los dueños de los medios de producción con
la mujer.
Como Frente de Defensa de las
Luchas del Pueblo del Ecuador, bregamos por la necesidad de soslayar y combatir
la llamada lucha de género o de sexo; fomentamos e impulsamos la lucha de
clase, porque consideramos que solo de
esa manera apuntalamos las condiciones objetivas para la emancipación no solo
de las mujeres, sino de todos los oprimidos del país y el mundo.
Nuestro rumbo ya está trazado, el
de la lucha de clases y la lucha por el Poder; la huella aún está fresca:
Rosita Paredes, Camaradas Cecilia y Camila; Norah, Edith Lagos, Sandra Lima. No
permitamos que este derrotero sea entorpecido por las reivindicaciones y
convocatorias postmodernistas, del oportunismo o del revisionismo; que el
camino y la brega sean firmes e implacables hasta la conquista del Poder.
LA EMANCIÁCIÓN DE LA MUJER NO SE CONQUISTA EN LAS URNAS, SINO EN LA
LUCHA
LA LUCHA NO ES DE SEXO O DE GÉNERO; ¡LA LUCHA ES DE CLASES!
¡VIVA EL MOVIMIENTO FEMENINO POPULAR!
CECILIA, CAMILA, NORAH, EDITH LAGOS Y SANDRA LIMA, EN EL CORAZÓN Y
LUCHAS DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO
¡VIVA EL MOVIMIENTO FEMENINO POPULAR!
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