LA POSTA, PERROS SERVILES AL IMPERIALISMO


Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. Marx

 

No puede ser de otra manera, la reacción y las clases dominantes utilizan la muletilla del respeto a la libertad de expresión para justificar cualquier diatriba contra las organizaciones populares o hacia aquellos dirigentes políticos que son incómodos para sus intereses.

Hablan de derechos, democracia y libertad en abstracto, cuando estas categorías, al estar atadas a la superestructura del viejo estado, responden a los intereses de grandes burgueses y grandes terratenientes, es decir, tienen carácter de clase.

Los medios de prensa privados y /o estatales, son verdaderos instrumentos ideológicos que desinforman, tergiversan la realidad; pretenden mostrar una sociedad diferente a aquella donde medio vivimos sumidos en la miseria, el hambre, la desocupación, la violencia. Hacen todo lo posible por distraernos de los problemas fundamentales que aquejan a las grandes mayorías; mientras tanto, nos dejan el lastre, la basura, el circo; nos tienen amarrados a la información inherente al fútbol, los programas rosa de la TV, los llamados reálitys o cualquier otra fatuidad que deviene en opio para el pueblo.

La prensa, además del rol expuesto, tiene un papel fundamental, alienar a la población, manipular la conciencia de los individuos para tener mejor control de los mismos, para llevarnos a aceptar a nuestros gobernantes, a los verdugos; legitimar este viejo y caduco sistema económico y político.

Lo que pasó con La Posta XXX, Vivanco y Boscán, con relación a las declaraciones emitidas en TC canal en contra de Leónidas Iza, da cuenta del desprecio que tienen contra nuestro pueblo, contra los indígenas y campesinos, del carácter feudal,  fascistoide y discriminador con los que nos miran y tratan quienes son un soporte para el viejo Estado.

No solo que rechazamos y condenamos a este par de ganapanes del imperialismo, recaderos de la expresión más abyecta y radical de las clases dominantes del país, sino que advertimos del hecho de que tarde o temprano tendrán que pagar por las afrentas a nuestro pueblo.

¡NO HABRÁ NI PERDÓN NI OLVIDO PARA LOS VERDUGOS DEL PUEBLO!

 

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