Sin lugar a dudas
el imperialismo yanqui cuenta con aliados estratégicos en el mundo para
desarrollar sus guerras de baja intensidad (asimétricas), golpear a las
organizaciones, partidos políticos y gobiernos considerados un escollo para que
puedan seguir detentando su dominio en el planeta.
Israel es su garrote en Medio Oriente, no solo para
desplegar campañas guerreristas en contra de Palestina, Irak, Irán, Siria,
Afganistán y otros países de la región, sino también para llevar a cabo
operaciones militares en cualquier lugar del mundo, todas marcadas por ciertos
comportamientos repetitivos: ejecuciones selectivas y terrorismo.
Si Israel
es el garrote en Medio Oriente, el viejo Estado de Colombia ha devenido en el
puñal del imperialismo para Latinoamérica, y para este propósito, los EEUU han sostenido
regímenes narcoparamilitares, fascistas, que han empujado a sus aparatos
represivos a cometer las atrocidades más cruentas dentro y fuera de su
territorio.
Han sido múltiples
los intentos emprendidos por los aparatos de inteligencia/represivos de Colombia
por asesinar, a su tiempo, a Fidel Castro, Hugo Chávez; hoy, a Nicolás Maduro.
No pocas veces han realizado incursiones militares en territorio venezolano so
pretexto de combatir a las guerrillas colombianas y provocar la
desestabilización de ese país.
En marzo
del 2008, las FFAA de Colombia, bombardearon e infiltraron tropas de infantería
en Sucumbíos, Ecuador, atentando contra todos los tratados internacionales y
obviamente la soberanía del país. En esta oportunidad desplegaron la operación
militar denominada “Fénix”, en la que asesinaron a Raúl Reyes, comandante de
las FARC junto a una treintena más de guerrilleros.
Muchos de los militares y policías colombianos,
tanto en servicio activo como pasivo, han estado involucrados en hechos
execrables. Narcotráfico, masacres, falsos positivos, ejecuciones selectivas,
en fin, una serie de actos que dan cuenta del nivel de corrupción y descomposición
que tiene el aparato burocrático/represivo del viejo Estado de Colombia.
Después
de haber prestado sus servicios en las FFAA de Colombia; haber sido entrenados
por los EEUU, Israel, Francia, Brasil (…), muchos militares pasan a servicio
pasivo y desde ahí ofrecen su experiencia y contingente como mercenarios. Los
hay en Afganistán, Emiratos Árabes, Yemen, Irak, Siria, en cualquier lado donde
la CIA (EEUU) requiera de personal que se encargue del trabajo sucio.
El
asesinato del presidente de Haití Jovenel
Moïse evidencia lo que hemos señalado. Un comando de mercenarios compuestos
mayoritariamente por ex militares colombianos (26) en servicio pasivo
(incluidos militares procesados por falsos positivos), dirigidos por dos
mercenarios gringos, un coronel que fue comandante del Batallón de Infantería
Mariscal Sucre y con el apoyo de oficiales del ejército colombiano en servicio
activo, incursionó en la residencia del presidente haitiano y lo ejecutó sin
que haya tenido resistencia alguna de la seguridad presidencial.
Más allá de que la operación de los mercenarios se comprometió
en la retirada y determinó su captura, la acción en sí (asesinato de Moïse) da
cuenta de la tenebrosa responsabilidad del imperialismo por resolver, de manera
cruenta, las contradicciones interburguesas existentes en Haití.
En Colombia existen 8 bases militares del
imperialismo yanqui; todas bajo el paraguas de la lucha contra el narcotráfico,
no obstante, este país sigue siendo el principal productor de coca en el mundo
con aproximadamente 200 mil hectáreas que a su vez producen 960.000 kilos de
cocaína al año, la misma que genera más de 20.000 millones de dólares (por año),
por encima de los ingresos reportados
por producción y exportación de café; rubros que, de una u otra manera, dinamizan
la producción industrial, financiera, agraria y comercial del país, obviamente, con el importante impacto que
tiene en el PIB nacional.
Esta cocaína representa el 70% del suministro de
droga en el mundo. El 90% de la cocaína que ingresa a los EEUU proviene precisamente
de Colombia, en definitiva, las clases dominantes de ese país han levantado
toda la estructura económica sobre la base del narcotráfico, y no solo eso,
sino que su despliegue político también lleva el sello de los carteles.
Lo sucedido en Haití con el asesinato de su
presidente; la disposición de los mercenarios por parte de la CIA; la
colaboración del viejo Estado de Colombia con las políticas terroristas del
imperialismo yanqui seguirán replicándose por toda América mientras esa sea la
necesidad de los EEUU.
Vale hacerse algunas preguntas de rigor: ¿qué se puede
esperar de militares colombianos, ya sea en servicio activo o pasivo si en el
curso de su carrera profesional asesinan jóvenes, indigentes, estudiantes,
desempleados, con la finalidad de cobrar recompensas por “bajas guerrilleras” o
tener un par de días francos (libres)?; ¿qué se puede esperar de los miembros
de un aparato represivo, FFAA y policía que tortura, desaparece campesinos
pobres o los trata como esclavos para favorecer a ciertos sectores de los
carteles asociados a la gran burguesía y grandes terratenientes en esa cruenta guerra
por la renta feudal de la tierra en servicio del narcotráfico?.¿Qué se puede
esperar de un Estado, administrado por verdugos como Uribe o Duque, serviles al
imperialismo yanqui y que están dispuestos a cometer cualquier atrocidad que le
rente beneficios al Imperialismo y sus aliados en la región?
No hay reforma estatal que pare este comportamiento
de la represión; no son Duque o Petro los llamados a cambiar esta magra
realidad en la que vive el pueblo colombiano, por el contrario, hace falta una
verdadera revolución, ajena a la forma y propósitos que plantea el revisionismo
armado; que esté dirigida por el proletariado y con guerra popular, que quiera
o no, deberá ser más contundente que la abyecta respuesta que desde ya presenta
su aparato represivo.
Si el proletariado de Colombia, campesinos pobres y
demás masas explotadas de ese país quieren conquistar el Poder deben tener
claro que hay que derrotar en todos los campos a las FFAA y demás aparatos
represivos del viejo Estado. Sin esa derrota contundente, absoluta, no será
posible generar nuevo Poder, nuevo Estado.
Extraordinario escrito! Al proletariado Colombiano revolucionario necesita y demanda la constitución del Partido Comunista MLM principalmente maoísta militarizado pensamiento Gonzalo. Las masas claman que se les instruya en la guerra popular Maoísta tiene una larga historia de resistencia poseen experiencia en múltiples combates, es una fuerza bélica poderosa resistiendo desde hace 500 años. De una sola chispa puede incendiar toda esta inmensa masa sedienta de justicia. El Partido las guiará en la revolución Comunista hasta el Socialismo y el dorado Comunismo.
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