Por ahora terminó el circo electoral. Las contradicciones interburguesas
han sido llevadas a las urnas y dirimidas circunstancialmente.
Está claro que la burguesía compradora de la mano del banquero Lasso ha
recibido un duro golpe. Del otro lado, los representantes políticos de la burguesía
burocrática festejan el haber ganado varias alcaldías, concejalías y demás escenarios
burocráticos puestos en tensión.
El oportunismo también tuvo lo suyo, una que otra alcaldía, prefectura y juntas
parroquiales.
Lo más podrido del revisionismo, como en todo: fracasaron; la gran
burguesía los puso a la cola de la nada. Partido Socialista, Unidad Popular
están condenados a morir en las urnas pero, sobre todo, en el seno de las masas.
La Conaie, a través de su vocero y principal dirigente, Leónidas Iza, hizo
una convocatoria a «votar con conciencia», dicha de otra manera, a votar por
sus candidatos aupados en Pachakutik. Nada nuevo, más de lo mismo; al parecer, el Estallido de octubre del 2019
y de junio del 2022 quedó en la chispa que encendió el camino electorero. ¿su
principal logro electorero?, la prefectura de Cotopaxi, de la mano de Lourdes
Tibán, la dirigente más prostituida políticamente del movimiento indígena. Mal
referente y camino equivocado de la Conaie.
La democracia burgués-terrateniente se desmorona. Candidatos vinculados al
narcotráfico, bandas de sicarios, otros, corruptos, ladrones, bailarinas, gente
de “la farándula”, etc. Dos de los candidatos ganaron las elecciones
seccionales en sus provincias, no pudieron asistir a esta “conquista” porque
fueron asesinados por sicarios días antes de las elecciones. Candidato a la
alcaldía en Quito, miembro de VOX, uno de los exponentes de la corriente ultra reaccionaria
conocida como “libertarios”, candidato por parte del Partido Socialista del
Ecuador. ¿Pueden caer más bajo?, ¡imposible!.
Lasso no solo cedió bastiones a la burguesía burocrática en la costa;
especialmente en Guayaquil, sino que perdió la consulta. Propuesta mañosa, que escondía
en trasfondo, los intereses del imperialismo yanqui por implementar la extradición;
políticas que solo le beneficia al imperio y que pretende, de esa manera,
establecer una cobertura de seguridad a los intereses de los yanquis y de sus
aliados fuera de su territorio. Nada que ver con el tema de drogas; CIA vive de
eso, se financia y opera en los entresijos de ese protervo mundo del
narcotráfico. Además, la mayoría de estadounidenses son consumidores de drogas,
son el principal mercado de estupefacientes del mundo y nada hacen ante eso.
Quienes creen que votando hemos conseguido conquistas para la clase y el
pueblo están equivocados. De hecho, este magro proceso nos ha permitido, una
vez más, desenmascarar a los oportunistas, a aquellos que en los levantamientos
populares son leones; unos corderos en las mesas de negociaciones con el
gobierno y unos camaleones en las elecciones; terminan estabulando, aherrojando
a las masas al redil democrático burgués, y petardeando el único camino posible
para la verdadera emancipación de las masas, la revolución armada. Tanto
revisionistas como oportunistas se constituyen en el principal impedimento para
que la revolución se desate.
Se entiende que el gran ganador de las elecciones es el correísmo. Esta
corriente burocrática no es de izquierda, es burguesa, de viejo cuño, considera
que la revolución democrática debe ser dirigida por ellos, y sus importantes
expresiones fascistas los coloca en un escenario donde se ven en la necesidad
de esgrimir y utilizar el discurso «revolucionario, «antimperialista», «anti
oligárquico» y otras propuestas trilladas que solo buscan la reforma del viejo
Estado burocrático-terrateniente.
Debemos ser autocríticos, esforzarnos más, no basta con el diagnóstico, no
es suficiente con sostener NO A LAS VOTACIONES; debemos esmerarnos por
petardearlas, por impedirlas, y, obviamente, eso solo es posible con violencia
revolucionaria.
Está claro, las masas deben identificar a quienes las emplean con
propósitos electoreros, burocráticos y reformistas. Las masas claman
revolución, el proletariado debe poner al frente su mejor contingente y la
ideología para que esto sea posible. Por fuerza del marxismo-leninismo maoísmo,
no hay otra correcta guía para la acción revolucionaria.
Hay que redoblar esfuerzos por neutralizar a los oportunistas; urge
identificar que se acercan con un discurso revolucionario, pero atrás de esa
máscara hay un protervo y nocivo reformismo que avala el viejo orden
democrático-burgués; sostiene el viejo Estado burocrático-terrateniente, pero,
sobre todo, constriñe el desarrollo de las fuerzas revolucionarias.
SOLO CON LUCHAS SE CONQUISTAN DERECHOS Y
LIBERTADES
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