La Asamblea, por mayoría (104 votos) dio paso al proceso de juicio político
en contra de Guillermo Lasso.
Al respecto, varias posiciones esgrimen sus argumentos. Unos a favor,
otros, en contra. Hay que entender, la gran burguesía y sus facciones
permanentemente coluden o pugnan. Hoy la tendencia es la disputa por la
administración del viejo Estado, a la final, mucho está en juego, sobre todo
cuando entre ellos se “han sacado los cueros al sol” y dan cuenta de lo
beneficioso que resulta dirigir el viejo aparato burocrático del Estado, más
aún si en ese andar hay vínculos o “sociedades secretas” con el crimen
organizado.
No nos llama la atención que las contradicciones sean llevadas a un plano
violento. La historia del Ecuador está plagada de acontecimientos políticos
cruentos que han tratado de dirimir esas posiciones, siempre, o por lo menos,
hasta ahora, instrumentalizando a las masas, arrastrándolas o empujándolas a
tomar partido, a tal nivel que, en términos generales, hoy por hoy, han logrado
dividir a grandes sectores políticos del país entre correístas y no correístas;
entre “socialistas” y un híbrido de libertarios empiernados con la burguesía
compradora.
Quizá lo más grave de este escenario es que las direcciones de las organizaciones
indígenas, campesinas, sindicales y populares, han tomado partido y enfilado a
la cola de las dos facciones burguesas.
Aún nos queda en la retina el levantamiento del 2019 y del 2022. Gloriosas
campañas de lucha de nuestro pueblo, no obstante, terminaron de rodillas en la mesa
de negociaciones, tema que debe ser visto con más objetividad. No importa, a
estas alturas, si el gobierno del banquero cumple o no con los acuerdos; no
importa, a estas alturas, si el gobierno engañó o no a las dirigencias del
movimiento indígena-popular, a la final, no es la primera vez ni será la
última; el centro, el vórtice de las contradicciones entre gobernantes y
gobernados pasa por NO NEGOCIAR CON LA SANGRE Y LUCHAS DEL PUEBLO. Es lo
importante, es lo que hay que resaltar, y los dos últimos levantamientos, nos
han enseñado al respecto, NO SE PUEDE NEGOCIAR CON LOS GOBERNANTES, NO SE DEBE
NEGOCIAR CON EL VIEJO ESTADO BUROCÁTICO-TERRATENIENTE, porque tiene las armas,
los instrumentos para comprar conciencias y traficar con la sangre del pueblo,
y más aún, cuando al frente de las masas, por ahora, están los comprables, los
negociables, los que no tienen conciencia alguna.
¿Acaso desde las mismas entrañas de Pachakutik no se han levantado banderas
de conciliación y acuerdos con el gobierno?; ¿acaso, miembros de Unes y PK no
han cogobernado cíclicamente con Lasso? Ahí hay muchos ejemplos, Delfín Quishpe
enquistado en el movimiento campesino es una muestra.
Mientras se dirime si Lasso continúa o no en el gobierno, en las calles la
sangre ahoga al común. Masacres jamás vistas en nuestra historia. En un solo
día hay más ejecutados que todo aquello que representó la confrontación entre
el gobierno de Febres Cordero con AVC. En un solo día hay más víctimas que el
último movimiento telúrico. En un solo año, en el país, hay más muertos que los
que se generaron en la revolución liberal o la guerra del 41 con el Perú.
Si se matan, que sea entre ellos, entre la burguesía, si quieren que se
despellejen, que hagan rodar cabezas o se hagan explotar en mil pedazos; no
justifica que nuestro pueblo ponga una sola gota de sangre parta saciar la sed
de gobierno y Poder que tienen los oportunistas de toda laya, compradores,
burocráticos, inclusive aquellos dirigentes que tienen sueños de perro flaco por
llegar a Carondelet, aún a sabiendas de que los tratarán como lo hizo la gran
burguesía en el Perú a Castillo: ¡a la patada!
No hay políticos buenos o malos. Gobernantes buenos, o malos, periodistas
buenos o malos, cada quién opera de acuerdo a la clase a la que pertenece y
sirve. La prensa del Ecuador, toda, absolutamente todo está podrida, viciada,
apesta, desinforman, nos meten en el juego de los gobernantes, de los que
quieren volver o de aquellos que se quieren inaugurar.
Nada escapa al carácter de clase. En una sociedad como la nuestra,
semifeudal y semicolonial, todas sus instituciones tienen ese carácter, están
contaminadas, viciadas, y si en verdad nos preocupa la dura crisis por la que
atraviesa nuestro pueblo, no solo en el
orden del desempleo, carestía de la vida, violencia, etc., urge la rectificación
en el trabajo; es perentorio reconstituir el movimiento indígena, campesino,
sindical y popular, sin esa reconstitución que apuntar a la generación de
Frente anti electorero, antimperialista y comprometido con la transformación revolucionaria
de la sociedad jamás avanzaremos en nuestros indeclinables propósitos.
Si hay que verter sangre, que sea por el Poder; si hay que entregar
nuestras vidas, que sea por La Nueva Democracia, tránsito al socialismo!
¡SOLO CON LUCHA SE CONQUISTAN DERECHOS Y
LIBERTADES!
¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!
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