Hoy no queremos remitirnos al histórico legado que nos entregaron los mártires de Chicago, quienes resultaron que solo por el camino de la organización y lucha se pueden conquistar derechos y libertades para los trabajadores.
Hoy, 1 de mayo del 2023, no nos vamos a referir a esa insoslayable necesidad que tiene el proletariado del Ecuador por generar nuevas formas de organización que se forje en medio de la lucha contra el revisionismo y el oportunismo; que tenga como eje el internacionalismo proletariado, el anti electorerismo y convertir, a los sindicatos, en verdaderas maquinarias para la lucha de clases y, sobre todo, que el proletariado, como clase, se ponga al frente a dirigir la revolución de Nueva Democracia en el país y ponerla al servicio del proletariado internacional.
Tampoco nos vamos a referir a la responsabilidad insoslayable que tiene el proletariado del Ecuador, de bregar incansablemente, por aplastar sin miramiento alguno al revisionismo y al oportunismo que permanentemente han hecho su danza de muerte sobre la sangre de trabajadores para materializar sus oscuros y perversos intereses en el cuchitril electorero.
Tampoco vamos a exponer sobre la importancia histórica que tiene para el proletariado internacional la creación de la Liga Comunista Internacional, firme y certero instrumento presto a derrotar a las distintas corrientes del neorevisionismo y oportunismo que subsisten en todos los países del mundo, dar paso a una nueva Internacional Comunista y ser la base ideológica de la Gran Revolución Proletaria Mundial.
Hoy queremos referirnos a los cientos, y hasta millas de sencillos trabajadores; pescadores artesanales; mineros informales, obreros, albañiles y otros que son explotados en condiciones más próximas al esclavismo moderno, perseguidos por las autoridades del viejo estado, y también masacrados por las bandas delincuenciales.
Queremos referirnos al tendero de esquina, al vendedor informal, a los mecánicos, chamberos, prostitutas, taxistas, mototaxistas, estibadores, pescadores, comerciantes de mercados, mineros artesanales, campesinos pobres, que han sido ejecutados de la manera más inmisericorde y cruenta. Muertos que han sido producto del sicariato selectivo, en otros casos, por no ser parte de las bandas; por estar en el lugar y momento equivocado, o algo tan sencillo y absurdo, para que su muerte sirva de escarnio y amedrentamiento para doblegar la voluntad de los suyos, sus familias o compañeros de trabajo.
El régimen se lava las manos sosteniendo que son asesinatos entre “delincuentes”, porque le es más fácil endosar a las rencillas delictivas aquellos muertos que no suman o cuentan para su nefasta política.
El terror no está en los decapitados, desmembrados, colgados; y tampoco en los sacos con restos humanos esparcidos por las ciudades, las llamadas amenazantes o los bombazos a los pequeños comercios, peluquerías, tiendas levantadas sobre el vital esfuerzo de pequeños emprendedores que buscan la manera de medioargumentar y mediovivir con ingresos bajos, pero dignos. Hay que entender que el terror está en el ambiente, hasta en el inconsciente del común, que no sabe si un hijo o cualquiera de nosotros puede morir en un atentado con explosivos puestos al azar y que buscan causar el mayor daño posible.
El terror está en el ambiente, en las barriadas pobres, donde caminar a la escuela o al trabajo es una suerte de vida, ser asaltado, secuestrado para pedir rescates de 300 dólares, que, dicho sea de paso, es una fortuna para los desempleados , marginados o aquellos trabajadores que a duras penas viven con un misero salario y en condiciones de superexplotación.
Hemos querido referirnos a los trabajadores masacrados por las bandas criminales que son funcionales para el régimen, los aparatos represivos del viejo estado burocrático terrateniente; para el imperialismo, que parapetado en esas muertes y actos de violencia que estamos seguros tiene un trasfondo mayor al del narcotráfico, secuestro y extorsión, y que muy posiblemente pueden anidar en las pretensiones del imperialismo por colocar sus bases militares en el país bajo la figura de protección o colaboración al gobierno en su lucha contra la delincuencia.
Que este glorioso Primero de mayo, donde los trabajadores conscientes se movilizan para expresar su rechazo al Estado, al régimen del banquero entreguista, mentiroso, delincuente y represor; además, expresa nuestro más profundo odio de clase contra los parásitos de la izquierda burocrática, electorera, reformista y vendepatria, devenga en un grito convocador y que sentencie de una vez por todas de que NO HABRÁ PERDÓN NI OLVIDO para los verdugos de nuestro pueblo , de aquellos cómplices que desde la Asamblea, la presidencia y desde toda la institucionalidad que desde el podrido Estado, promueven o socapan el asesinato cotidiano de cientos de trabajadores.
Hoy, 1 de mayo de 2023, debe convertirse en un evento de lucha que siente las basas para que el proletariado, de manera definitiva, asuma el rol que tiene que asumir, ser la vanguardia ideológica de la transformación revolucionaria del país y la construcción del poder; del Nuevo Poder.
HONOR Y GLORIA PARA LOS TRABAJADORES VILMENTE ASESINADOS POR LAS BANDAS DELINCUENCIALES AL SERVICIO DEL VIEJO ESTADO BUROCRÁTICO-TERRATENIENTE.
POR UN 1 DE MAYO QUE MARQUE EL RUMBO DE LA NUEVA HISTORIA, DEL NUEVO PODER PROLETARIO.
¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!
¡SI NO LUCHAMOS EN CONTRA DEL REVISIONISMO, NADA HABREMOS HECHO!
¡SOLO CON LUCHAS SE CONQUISTAN DERECHOS Y LIBERTADES!
¡1 DE MAYO CLASISTA, REVOLUCIONARIO, ANTIIMPERIALISTA!
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