Culminó la primera vuelta electoral. Todo quedó reducido a las
contradicciones interburguesas; Noboa, del lado de la burguesía compradora;
González, de la burocrática. Al tacho de la basura electorera, el oportunismo
de Yaku Pérez, otro hijo bastardo del movimiento indígena. Por ahí quedaron
relegados a la nada los candidatos oportunistas del Partido Socialista y de
Unidad Popular, Atarihuana, a llorar bajo el chilco, al revisionismo ya no le
queda espacio ni siquiera dentro del escenario electorero que les entrega el
sistema de gobierno, la democracia representativa; otro instrumento del viejo
estado burocrático terrateniente.
Como en la mitad del siglo XIX, los sectores llamados, para entonces,
oligárquicos, donde heredaban no solo los puestos públicos, sino los cargos
políticos, Daniel Noboa hereda de su padre, Álvaro Noboa, la posta para ir por
la administración del viejo aparato burocrático del Estado.
El correísmo, a pesar de haber ganado la primera vuelta, se ve vulnerable,
débil y la tiene difícil ante un representante de la banca, comerciantes y
grandes terratenientes. Independientemente de quién gane la segunda vuelta
electoral, nada bueno le espera a nuestro pueblo.
No sería raro que se sigan precipitando actos de violencia en la campaña
electoral, a la final, más allá de las expectativas que tiene la gran burguesía
de direccionar políticamente el estado por los fueros de sus intereses, los
requerimientos del imperialismo para el país y la región demanda de un gobierno
más afable, más amigable a sus planes, y Noboa se muestra como el candidato más
amigable a esos propósitos.
Si hasta aquí, durante estos últimos años, donde la crisis del capitalismo
burocrático se ha agudizado; la
semifeudalidad ha evolucionado a nuevas formas donde la lucha por la tierra
tiene otro elemento potencializado como es el de la minería, el acrecentamiento
de las fronteras agrícolas con estos propósitos; un mayor aherrojamiento al
imperialismo yanqui que ha devenido en una más clara y palpable condición de nuestro
país como semicolonia; marcan las condiciones para que negros nubarrones se
avecinen para nuestro pueblo. La violencia desborda, la mayoría de muertos los
ponen las masas, hombres y mujeres trabajadoras. La cuota a la violencia la
pagan los pequeños y medianos productores; la burguesía nacional se ve afectada
sobremanera por parte de los violentos que los vacunan, les cobran impuestos.
Se viene la segunda vuelta electoral, y la burguesía dirimirá sus
contradicciones, utilizarán a las masas con ofrecimientos, propuestas y
promesas de cambio, de seguridad; ¡pero no!, atrás están sus protervos
intereses. Los compradores, por abrir más las condiciones políticas para que
los grandes monopolios nacionales e internacionales se devoren más aún el país;
para que el imperialismo enarbole con más soltura su bandera en territorio
nacional; los otros, los burocráticos, necesitan recursos, espacios de
movilidad económica para hacerse más fuertes. Hay una burguesía burocrática en
espera que tiene mucha expectativa de que el aparato estatal les abra el camino
para que se puedan reproducir de mejor manera; en fin, todo, sobre la supuesta
voluntad de nuestro pueblo, hoy convocada a dirimir entre el cáncer y el VIH;
entre la espada y la pared, obviamente, salvo que quienes estamos llamados a
organizar el descontento, la miseria, la proyectemos de tal manera que al
estado y sus representantes, ya no les quede espacio alguno para volver cada
cuatro años a levantar la tarima del engaño.
Hay que insistir con el NO VOTAR; es una posición ideológica, y debemos sostenerla
a como dé lugar.
Se vienen nuevos y más densos nubarrones para nuestro pueblo, pero atrás
soplan vientos del pueblo, de lucha. Nada es eterno, las cosas cambian, no por
obra y gracia de la voluntad de un individuo y su miope visión de la realidad
objetiva; las cosas cambian porque a la violencia reaccionaria hay que contraponerle
la violencia revolucionaria; porque a la oscuridad que propaga el viejo estado
burocrático terrateniente, la luz del fuego purificador de las masas expuesto
en la guerra popular; a la democracia burguesa, la organización popular bajo
dirección proletaria; a las elecciones, el boicot; a la muerte, la vida. Todo
depende de qué lado decidamos estar. ¿del lado de las elecciones?, es estar del
lado de la reacción y del imperialismo. ¿Del lado del camino democrático, del
pueblo?, es estar del lado del futuro, de la revolución, de lo nuevo.
¡NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES!
¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!
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