Nos corresponde organizar y
desatar la revolución. No hay otro camino, nos organizamos, combatimos y
resistimos, o sencillamente, morimos.
Recuerda, nuestros sueños no
tienen cabida en sus urnas, ahí no resolvemos las contradicciones
fundamentales, mucho menos el problema esencial de toda revolución: EL PODER!
¡NO VOTAR! ¡REVOLUCIÓN SI!
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