Las grandes mayorías del Ecuador hemos tenido que vivir días difíciles,
marcados por el desbordamiento de la violencia.
¡Son las mafias!, dice el gobierno! ¡La
violencia es parte de la inacción de los gobiernos anteriores!, dice la prensa.
¡Por atacarnos dejaron de hacer lo que les correspondía!, dicen los correístas.
En fin, entre ellos se “tiran la pelota”, mientras tanto, bombazos que no
discriminan las víctimas; asesinatos masivos, selectivos, colaterales;
secuestros extorsivos; ejecuciones de policías, descuartizados, en fin, una
vorágine de violencia jamás vista en el país. ¿Acaso no nos conmueve y llena de
rebeldía ver esas imágenes que evidencian la ejecución indistinta de jóvenes
que nada tienen que ver con las bandas?, ¿acaso debemos mirar a otro lado al
ver cómo policías de tropa o guías penitenciarios son ejecutados sin piedad
alguna por los errores que comete el gobierno y sus oficiales superiores
quienes, dicho de paso, están embarrados de complicidad con los “mata policías”?
Las instalaciones de canal 10 fueron tomadas por asalto por una banda. Extraña
acción, “sin pies ni cabeza”; en todo caso, de ser cierta, la prensa clientelar
tiene un poco “de su medicina”. Empresas públicas y privadas de la
desinformación pública, dedicadas a sostener a gobiernos entreguistas y
hambreadores, verdaderos asalariados de la información.
La receta del bananero es igual que la del banquero: Estado de emergencia.
No conocen más que eso. Sin embargo, los violentos rebasaron a las FFAA y a la
policía, igual causaron terror.
Como si nada, Noboa quiere hacer una consulta popular. Con el cuento de
combatir a los violentos. Está preocupado por reabrir los casinos, las casas de
apuestas, contratación por horas, inmunidad a policías y militares bravos,
valientes que estén involucrados en hechos de sangre. Ah, policías y militares
valientes, Rambos con los manifestantes; con los delincuentes: gallinas,
cobardes. No olvidaremos jamás como esos mismos policías y militares asesinaron
a más de 12 manifestantes, mutilaron a más de medio centenar e hirieron a 1345 hijos
del pueblo en el levantamiento del 2019. No diferente en la rebelión de junio del 2022:
9 manifestantes muertos, aproximadamente 200 heridos. Definitivamente, algo
está mal en todo esto.
Y como la burra, vuelven al trigo. De nuevo con eso de la extradición.
Todo, absolutamente todo deja ver su incapacidad o no querer hacer lo que
corresponde porque toda la violencia es funcional; a la final, atrás de todo
esto, está la mano del imperialismo, quieren dictadura radical, militar, con
eso tienen vía expedita para agudizar su control y sometimiento del país. No
nos quieren como semicolonia, quieren, más, bregan por convertirnos en colonia.
Es todo.
¿Qué sucede en verdad? Nada tan complejo como que asistimos a la bancarrota
del capitalismo burocrático; a la debacle del viejo Estado burocrático
terrateniente.
No tienen dinero para pagar salarios de trabajadores públicos, con el
cuento de “reducir el tamaño del estado” dejaron de hacer inversión social,
hospitales sin medicinas, defender la dolarización le ha costado a las grandes
mayorías subsumirse en la más precaria de las miserias; mandan a la desocupación a
médicos, trabajadores de la salud, profesores, a cualquiera, mientras
robustecen el aparato militar que, además, ha sido desnudado por las bandas,
los han dejado ver como lo que son, nada, una verdadera nada, una institución
caduca, corrompida y al servicio de las clases dominantes, entre ellas, los
delincuentes, quienes operan como aspirantes a burgueses burocráticos, ya que
han sabido acercarse al estado para reproducirse y legitimarse.
Este no es un “Estado fallido”; porque nunca ha sido “no fallido”. Es lo
que es, un instrumento de dominación de grandes burgueses y grandes
terratenientes, si para ejercitar su rol de clase, tiene que asumir
características fascistas, delictivas, etc., ¡lo hará!
La gran burguesía y el imperialismo
ya no pueden seguir gobernando como lo hacían hasta hace algunos años, es
necesario que las masas no estemos dispuestos a vivir como estamos viviendo.
Romper esa contradicción determinará el salto necesario que debemos dar para
lanzarnos a la conquista del Poder. No hacerlo nos convierte en cómplices de
las bandas, del gobierno y del Estado, que al final del camino, son lo mismo,
¿o no se ha notado?
¡Nos organizamos, combatimos o morimos! No hay otro camino. Si no es el
Estado, los “valientes policías y militares” los que nos “neutralicen” serán
los violentos, de todas maneras, esa violencia le sirve al imperialismo, es
obvio, atrás de ese desangre se va cumpliendo su plan corporativizador y
opresivo.
“Es hora de la unidad nacional”, dice el correísmo, gobierno, policías,
militares, centrales sindicales, dirigentes indígenas y otros tantos más.
¿Coluden?, ¡por supuesto!, bajo ninguna premisa podemos unirnos en la lucha de
un supuesto enemigo común de los ecuatorianos cuando es el pueblo y solo el
pueblo pone las víctimas y la sangre. No podemos unirnos con nuestros verdugos
para combatir a sus adversarios que circunstancialmente les son incómodos. No
hay tal unidad nacional, no existe, es verborrea de oportunistas. Si nos
aliamos, serán los oprimidos, las masas, la unidad solo es posible entre afines
ideológicamente, más allá de eso, es perorata barata de quienes, en última
instancia, están preocupados por salvar el viejo estado y sostener esta caduca
sociedad.
Días más difíciles se nos vienen. Hoy son “las bandas”, mañana los
violentos golpearán nuestras puertas, las de aquellos que no nos dejamos
arrastrar por la corriente burocrática, de aquellos que creemos en la vida
plena, en una nueva sociedad, en un nuevo Poder, en nuevas instituciones que
estén al servicio de las grandes mayorías, de aquellos que con convicción y
determinación creemos que la revolución es posible y una tarea que bajo ninguna
condición o punto de vista puede ser postergada.
¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!
¡SOLO CON LUCHA SE CONQUISTAN DERECHOS Y
LIBERTADES!
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