Hay que establecer una clara línea demarcatoria entre la dirigencia del
movimiento sindical y sus bases. La marcha del 1 de mayo expresa el estado de
ánimo de la clase; sus niveles de organización y plataforma de lucha.
No vamos a ponernos una venda en los ojos, la dirigencia del sindicalismo
en el país es añeja, retardataria, revisionista, oportunista y traidora; aún
galopan en las masas para conducirlas por el camino burocrático. Pero tenemos
expectativas y somos optimistas, un nuevo movimiento sindical se organiza,
crece y muestra estar decidido a ser un fuerte y firme instrumento ideológico
que nos permita avanzar en las tareas revolucionarias.
¡Si no combatimos al revisionismo y al oportunismo, nada habremos hecho! No
puede haber construcción sin destrucción; no hay cabida a la generación de
nuevas organizaciones sindicales y populares si sobre la marcha no se destruye
el viejo sindicalismo electorero. Hay que aplastar a los burocráticos, a los
que trafican con las organizaciones y luchas de la clase y del pueblo.
Hay tres premisas fundamentales que debe observar y aplicar la nueva
corriente sindical en el país; ser anti electorera, antimperialista y estar al
servicio de las tareas fundamentales para desatar la evolución de Nueva
Democracia, siempre, al servicio de la Revolución Proletaria Mundial; por fuera
de estas tareas, no habrá nada nuevo bajo el sol.
Desde el FDLP-EC saludamos a los trabajadores del campo y de la ciudad que
marcharon y se manifestaron por las calles del país; no obstante; esas
movilizaciones no están llamadas a medir fuerzas con el régimen fascista del terrateniente
de Noboa; no, está llamada generar conciencia de clase para fortalecer nuestras
organizaciones de cara a la responsabilidad histórica que tiene el proletariado
al ser la clase más oprimida, exportada y a la vez, más avanzada de la
sociedad.
¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!
¡SIN LUCHA NO SE CONQUISTAN DERCHOS Y LIBERTADES!
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