«ahora vienen por mí,
pero es demasiado tarde»
Bertolt Brecht.
Primero masacraron a los
palestinos: hombres, mujeres, niños, ancianos. Pero como no éramos palestinos,
no nos importó.
Después bombardearon Yemen,
pero como no éramos yemeníes, tampoco nos importó.
Luego atacaron Siria e Irak,
pero como no éramos sirios ni iraquíes, tampoco nos importó.
Más tarde agredieron a los
iraníes, pero como no éramos iraníes, tampoco nos importó.
Ahora atacan
indiscriminadamente Líbano, pero como no éramos libaneses, tampoco nos
importó.
Ahora vienen por nosotros,
pero es demasiado tarde.
Seguramente, lo que señalaba
originalmente Bertolt Brecht en su poema y la adaptación que hemos hecho a este
texto, con relación con lo que sucede en la arena de la lucha internacional, es
una alerta para que los pueblos del mundo comprendan mejor lo que está
ocurriendo en Asia. No podemos ni debemos esperar a que el imperialismo, el
sionismo y todas las expresiones criminales de los EE.UU. destruyan nuestros
países, ya sea por la vía armada o por la imposición del yugo colonial y
semicolonial. No debemos esperar a que cercenen nuestros cuellos o nos hagan
"volar en mil pedazos" para reaccionar y dar las respuestas
necesarias que eviten el exterminio de nuestros pueblos.
Debemos entender, además, que el
imperialismo no opera solo; tiene aliados estratégicos: los oportunistas, los
insensibles, aquellos que se llenan la boca hablando de revolución y de lucha
contra el imperialismo, pero que están marcados por la inacción o la
complicidad. Son ellos quienes mantienen a un gran sector de las masas atado al
silencio, a la resignación, ante este tipo de atrocidades. Al revisionismo, a
los electoreros y a los oportunistas poco o nada les importa lo que sucede con
nuestros hermanos y compañeros en Asia y en otros lugares del planeta. Cuando
se den cuenta de la gravedad de esta violencia, ya será tarde para todos.
Por el contrario, al proletariado
internacional y al elemento consciente de los pueblos oprimidos del mundo nos
importa y nos compromete lo que está sucediendo en Asia, en particular en los
países de Oriente Medio.
Debemos desplegar un esfuerzo
internacionalista, no para ponernos a la defensiva frente al imperialismo, sino
para pasar a la ofensiva. Urge desarrollar la lucha antimperialista en todos
los frentes. Debemos hacerles sentir que no pueden seguir masacrando pueblos y
desparramando víctimas indefensas por todos lados sin que haya resistencia.
No podemos ser como los judíos de
Auschwitz que marcharon religiosamente hacia su martirio; debemos ser de la
estirpe del pueblo yemení, que desde sus difíciles condiciones se atreve a
luchar contra el imperialismo y sus lacayos. Debemos nutrirnos de la firmeza
estoica del pueblo palestino, que resiste a pesar de enfrentarse a gringos y
sionistas. Debemos tener el temple y la convicción del pueblo libanés, que
ofrece resistencia a una de las potencias militares más fuertes del mundo.
El imperialismo, el sionismo y la
reacción tan solo tienen armas sofisticadas, nosotros tenemos la mejor
estrategia: guerra popular, es invencible. No hay armamento ni tecnología que
pueda contra ella.
Ellos, el imperialismo y el
sionismo, llevan hambre, explotación y muerte a los pueblos del mundo.
Nosotros, la clase oprimida, desplegamos una guerra justa, una guerra de
liberación. La historia nos ha enseñado que quienes emprendemos guerras justas
estamos destinados a triunfar. No hay duda: Palestina, Yemen, Líbano y los
demás pueblos del mundo que luchan incansablemente contra el imperialismo, el
sionismo y todos sus lacayos, ¡TRIUNFARÁN!
El proletariado y el pueblo de
Ecuador se solidarizan con el hermano pueblo de Líbano ante la cruenta ofensiva
del sionismo criminal que, en sus primeros días, ya ha cobrado la vida de
niños, niñas y pobladores en estado de indefensión.
¡VIVA LA LUCHA DE LIBERACIÓN
DEL PUEBLO PALESTINO!
¡VIVA LA LUCHA DE
LIBERACIÓN DEL PUEBLO LIBANÉS!
¡VIVA LA LUCHA
ANTIIMPERTIALISTA!
¡ORGANIZAR,
COMBATIR Y RESISTIR!
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