Cuatro niños, cuyas edades
oscilan entre los 10 y 15 años, fueron secuestrados, golpeados, humillados y
desaparecidos por una patrulla militar de la Fuerza Aérea del Ecuador.
Esto no nos asombra ni llama nuestra atención, porque son hechos que ocurren
cotidianamente en el país.
El viejo poder de la gran
burguesía y los grandes terratenientes se sostiene sobre dos pilares
fuertemente cohesionados: las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y demás
grupos paramilitares, por un lado, y todo su aparato burocrático, por otro. Hay
que decirlo claramente: estas dos estructuras están podridas y corroídas.
Contrario a lo que dice la prensa burguesa, no están infiltradas por el
narcotráfico; ¡son el narcotráfico y el terrorismo!
Desde generales de las Fuerzas
Armadas y la Policía hasta elementos de tropa han sido identificados como
miembros de bandas delictivas de distinta índole. Se han convertido en
gatilleros, ejecutores y sicarios con uniforme. Hoy por hoy, representan la expresión
más clara y contundente de la bancarrota del capitalismo burocrático.
Las Fuerzas Armadas del Ecuador
son hijas bastardas de los Estados Unidos: serviles, represivas y criminales,
sin honor ni dignidad. Últimamente, se alimentan de las tácticas y estrategias
sionistas, replicando sus métodos. Secuestran, cometen asesinatos selectivos,
dinamitan las casas de sus víctimas y criminalizan la pobreza. Humillan y
denigran a sus detenidos. Usan uniformes y armamento de origen sionista, y no
son pocos los que reciben salarios directamente de instituciones como la CIA o
la DEA. Los recientes chats desclasificados del celular del bandolero
Villavicencio lo evidencian; aún más, las declaraciones de Arauz, excomandante
de la Policía y actual candidato presidencial, confirman que miembros de la
Policía reciben "sueldos extras" de organismos de seguridad de los
Estados Unidos.
En el caso de estos jóvenes,
detenidos a inicios de este mes, quedó claro cómo toman presos a niños y
adolescentes. Los suben a una camioneta, los golpean sin miramientos, les dan
puñetazos en la cabeza y en la cara, y hasta les pisan la cabeza. ¡Son unos
miserables!
Inicialmente, las Fuerzas Armadas
negaron que contingentes militares hubieran capturado a los niños; sin embargo,
videos de seguridad mostraron otra realidad. Luego "corrigieron" la
información y admitieron que, tras golpearlos, desnudarlos y humillarlos, los
dejaron en libertad en altas horas de la noche, a varios kilómetros de su base
en Taura.
Cada vez más, la gran burguesía
se radicaliza. Nos enfrentamos a regímenes que profundizan el carácter
reaccionario del viejo Estado. Noboa es un fascista absoluto; como dice nuestro
pueblo, "se limpia" con la Constitución, las leyes y las normativas
internacionales. No le importa mantener al país sumido en un estado de guerra
con tal de vender la idea de que controla la delincuencia.
Su ministro de Defensa, Gian
Carlo Loffredo, un oscuro personaje vinculado al Mossad y a Israel, es
responsable directo de esta situación. Antes de asumir el Ministerio de
Defensa, era instructor en manejo de armas, propietario de un campamento de
tiro en Guayaquil llamado "Tactic Israelí" y encargado de la
seguridad de la familia de Noboa. Él debe responder directamente por la
desaparición y posible muerte de estos niños.
En medio de este escenario,
nuestro pueblo sufre la violencia, la miseria, el hambre y la desocupación.
Mientras tanto, los mercaderes de sueños, pero también de la muerte, continúan
con su danza electoral.
¡SE LOS LLEVARON
VIVOS, LOS QUEREMOS VIVOS!
LAS FUERZAS ARMADAS COMETIERON UN HECHO EXECRABLE, DEBEN PAGAR ANTE EL
PUEBLO ECUATORIANO.
¡ORGANIZARSE, COMBATIR Y ¡RESISTIR!
SOLO CON LUCHA SE CONQUISTAN DERECHOS Y LIBERTADES.
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