RESULTADOS ELECTORALES MÁS DE LO MISMO


Al final del camino, pasaron a la segunda vuelta las expresiones más vivas de la gran burguesía, representadas en la burguesía compradora (Noboa) y la burguesía burocrática (Gonzáles). Los demás candidatos, igualmente socios menores de estas dos fuerzas políticas, quedaron con sus vergüenzas expuestas de la manera más escandalosa.

Siempre lo hemos dicho: el único perdedor de esta contienda electoral es nuestro pueblo. ¿Por qué? Porque los oportunistas de todo tipo se aprovechan de su estado de ánimo, sumido en la angustia y la desesperación, para ofrecerles un “paraíso” en la Tierra, un escenario que, como siempre, nunca llegará.

¿Acaso Noboa, en las elecciones anteriores, no prometió empleo, no aseguró que no quitaría el subsidio a los combustibles, que no subiría el IVA, que garantizaría seguridad y muchas otras cosas más?

Pero el pueblo no solo pierde porque se burlan de sus aspiraciones y de su voluntad, supuestamente expresada en las urnas, sino porque, una vez más, es empujado y expuesto al camino burocrático, al electoralismo, al constitucionalismo, a esa vieja y caduca democracia de clase que solo sirve a los intereses de las clases dominantes.

De todas formas, es importante destacar que los resultados electorales no reflejan necesariamente con precisión el estado de ánimo de las masas. Su comportamiento político evidencia la ausencia de un trabajo consciente en su seno y, al mismo tiempo, la urgencia que tienen de que sus problemas más inmediatos como seguridad, empleo, mejorar el nivel de vida, etc., sean resueltos a cualquier costo.

Hay que reconocer que estas últimas elecciones son, en particular, cruciales para los intereses del imperialismo yanqui en la región. La posible continuidad de Noboa al frente del viejo aparato burocrático garantizaría una serie de beneficios para el imperialismo estadounidense, permitiéndole afianzar su posición geopolítica con mayor fuerza y determinación ante las contradicciones que enfrenta con otras potencias imperialistas a nivel mundial.

Por el contrario, si González resultara ganadora, estas pretensiones se verían, en cierta medida, perturbadas, ya que se abriría un mayor espacio para la influencia del imperialismo chino o ruso en el país.

Pero más allá de ese análisis, estas elecciones reflejan también un nuevo reacomodo del capitalismo burocrático, que exige su profundización de la mano de la burguesía compradora, especialmente ante las medidas que viene impulsando Trump en Estados Unidos y su impacto en el escenario económico internacional y la correlación de fuerzas en la arena mundial.

Por otro lado, habrá quienes sostengan que Leónidas Iza se ha convertido en la "tercera fuerza política más importante del país".

Nosotros, los comunistas, comprendemos la colisión y pugna dentro de la gran burguesía, que se manifiestan de manera particular en los procesos electorales. Así ha sido desde que el imperialismo desarrolló el capitalismo burocrático en el Ecuador.

Sin embargo, el comportamiento de los revisionistas y oportunistas tiene otra connotación, porque ellos, en teoría, enarbolan las banderas de las masas, de los oprimidos, pero terminan traficando con sus expectativas, su dolor y sus luchas en el estercolero electoral. Eso marca la diferencia.

Si tomáramos las elecciones como un termómetro político, Escala, de Unidad Popular, Pedro Granja, y otros que se dicen socialistas, ni siquiera alcanzaron un porcentaje de votos equivalente al número de afiliados de sus propios partidos. Es decir, ni siquiera sus bases votaron por ellos.

Sin embargo, tenemos claro que la irrupción de Iza en la contienda electoral marca un hito importante en el proceso de desmovilización de los sectores más combativos de la sociedad, especialmente del movimiento indígena y el campesinado pobre. Estos sectores, empujados a la vorágine electoral, han quedado atrapados en la disputa entre dos corrientes burguesas que, en esencia, no representan los intereses de las masas, y mucho menos los de los campesinos pobres.

La responsabilidad de Leonidas Iza en este proceso de desmovilización revolucionaria es enorme, histórica. Cuando un dirigente cruza el umbral del camino democrático hacia el camino burocrático, no hay vuelta atrás. Así ha sido siempre y así seguirá siendo.

La llamada "tercera fuerza electoral" no está representada por Iza, sino por los inconformes, aquellos que, en una clara forma de protesta, decidieron votar en blanco, anular su voto o, simplemente, no presentarse al sainete electoral.

Esta fuerza representa aproximadamente el 25% del electorado ecuatoriano, una cifra muy por encima de la conseguida por Iza (5%). Este dato no es menor, pues refleja el creciente escepticismo y la falta de confianza en el viejo aparato "democrático", que cada vez más ecuatorianos perciben como un mecanismo desgastado al servicio de las clases dominantes

Leónidas Iza, quien fungía como líder del movimiento indígena, se encuentra ahora en una encrucijada. Quiera o no, tendrá que vender su alma a una de las dos facciones de la gran burguesía. Y si no lo hace, si se rehúsa a endosar su apoyo a uno de los bloques en disputa, terminará beneficiando a Noboa por omisión. Pero junto a ese cuchitril en el que se ha constituido Pachakutik, tiene otro escenario, negociar los escaños en la Asamblea para la presidencia y comisiones en la misma. Es decir, en todo lado no le queda de otra sino ceñirse a la dinámica de la democracia burgués/terrateniente y vender el “alma” al mejor postor. Su ambición desmedida, su vanidad pequeño-burguesa, lo han llevado al borde del abismo: atrapado entre la espada y la pared, pero, sobre todo, alineado con el lado incorrecto de la historia, ideológica y políticamente, lejos de las masas.

Nos referimos de manera más incisiva a Iza que a los otros bastardos de la política burguesa del país, en la medida en que traicionó la sangre vertida en los levantamientos populares para utilizarla como acumulado político para las elecciones. Aun así, Iza justifica su derrota electoral criticando la “falta de equidad en el proceso electoral ecuatoriano”, señalando que el financiamiento de las campañas crea una competencia desigual. Denunció que el gobierno destinó más de 130 millones de dólares al proceso electoral, lo que, según él, favorece a ciertos sectores políticos y dificulta la competencia justa. ¿Ingenuo?, ¿bribón? ¿Acaso pensó que la contienda electoral en el marco de esta vieja democracia era algo que se podía manejar desde respuestas ideológicas? ¿No entendió o no sabía que los votos, en las elecciones burguesas, constituyen una mercancía?

Pueblo del Ecuador, recuerda bien: cada vez que participas en estas farsas electorales, los únicos que pierden somos nosotros, las amplias masas populares. Y los únicos que siempre ganan, sin importar el resultado, son ellos: tus enemigos de clase, en el que no solo están alineados los grandes burgueses, los grandes terratenientes, sino los oportunistas, esa mal llamada izquierda ecuatoriana constituida en el escroto del imperialismo y la reacción en el país cuyo único papel es el de desviar, a las masas, del camino correcto, el de la organización y lucha.

 

¡DESECHAR LA FALSA ILUSIÓN CONSTITUCIONALISTA DEL VOTO!

¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!










 

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