El proletariado y pueblo del
Ecuador reconoce y valora todas las muestras de solidaridad emitidas por el
proletariado internacional y pueblos oprimidos del mundo a las luchas
emprendidas por el pueblo ecuatoriano en contra del imperialismo (FMI) y el
régimen comprador y represivo de Lenin Moreno. Los camaradas de Brasil, Chile,
Perú, Colombia, México, España, Galicia, Alemania, Francia, entre otros,
hicieron llegar sus notas de respaldo a esta importante rebelión del pueblo.
Se ha cumplido una de las
jornadas de lucha más combativas y violentas que se hayan dado en el país en
los últimos 50 años.
El régimen de Moreno, fiel a los
mandatos del FMI emitió una serie de medidas que atentan contra los
trabajadores: eliminar las conquistas laborales, precarizar el trabajo y una en
particular, el decreto 883 que incrementó los precios en los combustibles;
medida que exacerbó el estado de ánimo de las masas que se volcaron en una
franca, abierta y violenta lucha por su derogatoria.
Contrario a la maquinaria de
desinformación que montó el régimen de Moreno con la prensa burgués
terrateniente, esta jornada de lucha no fue emprendida únicamente por el
movimiento indígena. Inició con el paro de transportistas y el apoyo de masas
que combatieron decididamente a la represión. Posterior a la claudicación de
los transportistas, la lucha popular devino en una verdadera rebelión que
progresivamente se atizó hasta convertir el campo, las principales vías del
país y las ciudades en verdaderos escenarios de guerra.
Ante la efervescencia de las
masas en todo el país, se incorpora el movimiento indígena al cerco de las
ciudades y se potencian las acciones, desatando una combativa lucha que
determina la toma de sectores estratégicos de la economía; eje vial, pozos de
extracción petrolífera, neutralización de grandes empresas exportadoras de
flores, viaductos, antenas repetidoras de la telefonía celular y televisión,
etc. De manera particular, en la ciudad de Quito, la lucha apunta a tomar
violentamente las edificaciones más emblemáticas de la democracia
burgués-terrateniente: la Asamblea y el Palacio de Carondelet.
No hay un balance objetivo del
número de muertos del lado de las masas. Se estima que pueden llegar a 12 víctimas.
Según las fuentes oficiales son 1507 heridos, de ellos, 7 hijos del pueblo que resultaron
con lesiones oculares irreparables (la policía apuntaba sus armas de fuego con
munición no letal directamente a la cabeza de los manifestantes); 1330
detenidos, 26 puestos de policía destruidos, 108 vehículos policiales también
destruidos y 2 blindados quemados. La reacción no tuvo una sola baja mortal más
sí 435 policía heridos.
A lo largo del país, las masas
toman violentamente 6 gobernaciones, siendo la de El Cañar y Chimborazo las más
impactantes por la cualidad de la acción.
Se incendió el edificio de la
Contraloría General del Estado. Contrario a lo que sostiene el gobierno que
dicha acción fue realizada por hordas correístas para destruir documentos
culposos, fue una acción de masas porque era el objetivo de entorno más
vulnerable ya que la represión no le quisieron dar la misma cobertura de seguridad
como a la Asamblea que dista a 50 metros de ésta.
Después de los sucesos del día
sábado, 12 de octubre, el día más combativo, El 13 de octubre en horas de la
noche se llegó un acuerdo entre el régimen de Moreno y una delegación del
movimiento indígena.
Para variar, fue necesaria la
presencia de un delegado de la ONU claramente afable y cómplice del régimen de
Moreno y un representante de la Conferencia Episcopal para que intermedien en
los diálogos. Los resultados son de conocimiento público, Moreno se retractó de
las medidas y derogó el decreto 883 dando fin al levantamiento popular.
Sin embargo, es importante
puntualizar algunos aspectos relevantes de todo este proceso.
Ø Que
durante todo el desarrollo de la rebelión popular hubo la masiva participación
de las masas. Participaron combativamente campesinos, estudiantes, trabajadores
de distintos sectores y obviamente de indígenas. El rol del movimiento indígena
fue suplementario, la mayor cuota de lucha la puso el campesinado pobre y
trabajadores quienes tuvieron el soporte de combatientes revolucionarios en las
acciones decisivas.
Ø No
hubo una dirección política única en todo el proceso. Hay que admitirlo, y
ciertas organizaciones progresistas y serias, al igual que el Frente de Defensa
de las Luchas del Pueblo y todas sus organizaciones, reconocen que las masas
desbordaron a todo tipo de dirección política. Los sindicatos siguen en manos
del revisionismo. No obstante, importantes focos de la rebelión en Imbabura,
Napo, Chimborazo y Pichincha, tuvieron correcta dirección política e ideológica
a tal extremo que fue precisamente en La Esperanza, Imbabura, el lugar donde
las masas campesinas bajo dirección proletaria combatieron con más decisión,
valentía y rebeldía a la tropa enemiga en relación al resto del país. No
diferente en Quito, donde las acciones de masas ligadas a severas acciones de
guerra estuvieron bajo dirección de comunistas.
Ø La
huelga nacional del 9 de octubre convocada por las organizaciones sindicales y
populares, plegaron a la movilización pero sin establecer un punto de inflexión
en la correlación de fuerzas ya que se dejaron condicionar por el gobierno y
los aparatos represivos del estado a delimitar la movilización en un acto
pacífico, poco o nada beligerante y que no pudo concretar su objetivo final de copar
la Plaza de la Independencia para quedar relegados a la Plaza de Santo Domingo,
minando o constriñendo la ofensiva popular que luchaba por la toma del palacio
presidencial.
Ø El
10 de octubre también se constituyó en un día muy combativo y de mucha notabilidad
ya que intervienen grupos de combatientes populares que utilizan técnicas, tácticas
y estrategias de lucha guerrillera urbana; consiguen asestar duros golpes a la
reacción en la ciudad de Quito causándoles el mayor número de heridos. En esta
oportunidad, la rebelión expresa la lucha de clases de una manera más
significativa y que permitió poner en tensión la capacidad de lucha del pueblo
en el orden militar. Mientras tanto, las masas campesinas lograron cerrar las
principales vías de la ciudad, aíslan la capital del país, restringen
notablemente el aprovisionamiento de víveres y combustibles a ciudades como
Guayaquil y Cuenca.
Ø Grupos
importantes de indígenas que paulatinamente iban llegando a Quito desde el
norte, sur y oriente del país, se incorpora a las manifestaciones centrando sus
acciones en el área de la Asamblea, quedando la concentración de estudiantes,
trabajadores y masas en general al intento por doblegar las fortificaciones de
policías y militares en el centro de la ciudad.
Ø El
aporte de los indígenas a esta rebelión fue de suma importancia. Sin embargo,
hay que señalar que si bien es cierto en determinados momentos combatieron con firmeza
y con violencia revolucionaria (sobre todo la población joven que no acató la
disposición de realizar manifestación pacífica por parte de sus dirigentes),
pero también tuvo en su seno a manifestantes y dirigentes ambiguos al detener y
hasta neutralizar a quienes no pertenecían a sus colectivos y que utilizaban la
violencia revolucionaria como forma de lucha. De hecho, quienes detienen al
luchador popular que logra agredir a un miembro de la prensa reaccionaria, son
precisamente los indígenas.
Al grito de
“infiltrados” hacían verdaderos cercos sobre los jóvenes, luchadores populares,
sindicalistas y masas en general que querían atizar de manera decidida y
violenta la rebelión.
Ø La
presencia indígena fue utilizada por el régimen para aislar al campesinado
pobre, a los trabajadores y miembros de sindicatos combativos y estudiantes consientes,
eliminando la relativa dirección proletaria que tenía la brega en curso. No
sólo eso, el régimen aplicando una estrategia de contra información logró
estigmatizar a los movimientos y organizaciones populares en lucha y que no
pertenecían a la CONAIE y demás organizaciones indígenas como “correístas”,
pandilleros y vándalos.
Ø Ya en la mesa de negociaciones, los dirigentes
indígenas tuvieron otra debilidad, se dejaron arrastrar a una negociación que
si bien es cierto derogó el decreto 883 que comprometía básicamente el alza de
los combustibles, dejó intacto otro tipo de medidas igual o más reaccionarias y
anti populares como la reforma al Código de Trabajo, desconocimiento de las
conquistas laborales de los trabajadores, rebaja de salarios despidos masivos y
precarización del trabajo, sin desestimar la reivindicación de ponerle un alto
a la entrega de territorios a las grandes transnacionales de la minería.
Ø Y
aquello que el Partido Comunista del Ecuador, Sol Rojo advirtiera en un
comunicado público se concretó. Precisamente el 11 de octubre, Yacu Pérez,
máximo dirigente de la Ecuarunari, organización que plegó a las movilizaciones,
en medio de la gran rebelión popular aprovechó el escenario para lanzar su
video promocional como candidato presidencial en las próximas elecciones. No
diferente con los dirigentes emblemáticos de los indígenas que después de 13 de
octubre, de manera reiterativa sostienen la necesidad de dar protagonismo
electorero en el 2021 a su partido político Pachakutik (partido político que no
se declara de “izquierda o derecha”, que una de sus dirigentes históricas como
Lourdes Tibán, fue mocionada como binomio a la candidatura de Lasso y Enrique
Ayala, revisionista dirigente del PSE. Otros dirigentes como Auki Tituaña, han
mantenido acuerdos con Nebot, Gutiérrez y los sectores más reaccionarios del
país). El reformismo pequeño burgués entra en la vorágine electoral utilizando
a los combatientes muertos como tarima política.
En definitiva, se derogó el
decreto que subió el precio de los combustibles, y entre la dirigencia indígena,
el gobierno, el representante de la ONU y la Iglesia Católica, están redactando
un nuevo decreto que se supone va a focalizar el retiro el subsidio de
combustibles a los sectores más “pudientes” y ricos del país. Aún está por
verse los resultados de ese decreto pues ni la ONU y mucho menos, la iglesia,
va a garantizar los derechos del pueblo.
Por otro lado, para cobrar deudas
pendientes que tiene la burguesía compradora con la burguesía burocrática
expuesta en el correlato, el régimen emprendió una “cacería de brujas”
deteniendo a todo dirigente o exdirigente de la “revolución ciudadana” y encarcelarlos
con pretexto de haber incitado a la violencia, organizado el paro, atentar a la
seguridad nacional, rebeldía, terrorismo y asociación ilícita. Es decir, las contradicciones
interburguesas se mantienen y han utilizado de una u otra manera la rebelión
popular para tratar de ser dirimidas.
El correlato al parecer ha sido
golpeado de muerte. Y está bien, porque también quisieron pescar a “río
revuelto” en la rebelión popular. El régimen de Correa y todas las medidas que
tomó en contra de la organización y movilización popular, la criminalización de
las organizaciones del pueblo, la reforma al Código Penal por el COIP y las
penas impuestas a las luchas del pueblo dibujadas en rebelión, asociación
ilícita, terrorismo, entre otros, ahora se le vienen como un boomerang. Sus
medidas y leyes que apuntalaron la corporativización de la sociedad hoy pende
sobre su cabeza como una espada de Damocles que se apresta a liquidarlos
definitivamente.
Un tema poco tratado tiene que
ver con las declaraciones ex secretario general del Partido Socialista del
Ecuador, Enrique Ayala, quién señalaba sobre la necesidad de que el régimen no
negocie con los indígenas y se sostenga con las medidas económicas en defensa
de la democracia burgués-terrateniente y de la permanencia de Moreno en el
gobierno. ¡Cuánta miseria!
El balance del régimen es que no
perdió, que si bien es cierto se derogó el decreto 883, la “democracia” fue
salvada, se neutralizó un golpe de estado orquestado por las huestes de Correa.
Y en gran medida tiene razón, no perdió, porque sigue atado a la carta de
intención con el FMI; porque siguen latente las medidas económicas anti
obreras, anti populares y pro imperialistas. Aún mantiene a la ministra Romo y
Jarrín como el nervio fascista más representativo al interior de los aparatos
represivos.
Moreno también dejó ver que quedó
satisfecho con el accionar de la policía. Por cierto, una caterva asesina,
represiva, que mostró su verdadero rostro antipopular y que siempre está presta
a defender y a cualquier costo el viejo ordenamiento democrático. Se mostró
crítico a las FFAA, de quién espera, dijo, sepan asumir posiciones más
radicales y sin miramientos con aquellos que atentan contra la seguridad de las
personas, de los ciudadanos. Moreno termina por desbocar en un remedo fascista
y espolea a una mayor reaccionarización de los aparatos represivos del Estado,
particularmente del Ejército, de ahí que destituyó al comandante de las FFAA y
del ejército para poner individuos con formación más represiva.
No quisiéramos decir que ha sido
una victoria pírrica de las masas la obtenida en 13 de octubre, sin embargo,
las tareas y demandas del proletariado, campesinado pobre y demás masas
explotadas del país están aún pendientes. Se derogó el decreto 883 y sin
embargo no ganamos mucho, por el contrario, los enemigos del pueblo, el
oportunismo, el indigenismo pequeñoburgués y determinado sector del
revisionismo/oportunismo ha salido fortalecido.
De todas formas, ha salido vigorizada
la línea ideológica correcta, el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento
Gonzalo en los hechos, en la lucha; porque no sólo activó y desplegó la lucha
de los sindicatos alienados con los requerimientos históricos de la clase de
ser la guía ideológica, la clase fundamental en la revuelta, y lo fue dentro de
las limitaciones que tiene su desarrollo cuantitativo y en los lugares donde el
nivel de conciencia de la clase se ha elevado y potenciado con el MLM-PG; porque
en los hechos, el campesinado pobre se convirtió en la fuerza principal y que
generó las condiciones objetivas para el asedio a las ciudades y que se refleja
en la neutralización de 1228 vías cerradas (cifra del régimen) y todo lo que eso
representa. Cumple con la figura de ser la fuerza principal, la que estrangula
y cerca las ciudades desde el campo. De hecho, nada, absolutamente nada se
habría podido adelantar en esta brega sin la participación del campesinado
pobre.
Nos queda mucho por hacer. Las
lecciones son múltiples. La sola condición de indígena, no garantiza estar del lado
del pueblo o de la clase. La sola condición de indígena, no garantiza que el
derrotero que se le imprima a la lucha de las masas sea el correcto, que verdaderamente
vaya apuntalando la transformación revolucionaria del país.
Nos queda mucho por hacer, y ya
lo estamos haciendo. Vamos a preparar una nueva jornada de lucha planteada
desde el movimiento obrero el 30 de octubre para asestar un nuevo golpe a
Moreno; luchar porque no se concreten las reformas del código laboral, porque
no se precarice el trabajo.
Hay mucho por hacer, sobre todo
entender que este tipo de luchas si bien es cierto abonan a la necesaria
experiencia y acumulado de luchas para la clase y el pueblo, no dejan de
inscribirse dentro de un contexto democrático que le atañe básicamente la clase
que detenta el poder, esto es grandes burgueses y grandes terratenientes; que
la Nueva Democracia es otra, distinta, que tiene una base diferente,
revolucionaria, sustentada por la dictadura del proletariado y campesinado pobre,
en consecuencia, hay que luchar por ella no antes haber destruido el viejo
poder.
Hay mucho por hacer, hay que
consolidar la vanguardia ideológica y política en el seno del movimiento
sindical, establecer de mejor manera la alianza obrero-campesina, pero también,
HAY QUE SER MÁS FIRMES, DECIDIDOS EN LA LUCHA CONTRA EL REVISIONISMO Y EL
OPORTUNISMO. Los hechos lo avalan, la historia lo dice, ¡EL REVISIONISMO ES EL
PRINCIPAL PELIGRO PARA LA REVOLUCIÓN!
Una vez más, un saludo rojo,
combativo para el proletariado internacional que se manifestó y realizó
acciones de solidaridad con el proletariado y pueblo del Ecuador en este
momento de tensión revolucionaria.
¡LAS REBELIÓN SE JUSTIFICA!
¡SALVO EL PODER, TODO ES ILUSIÓN!
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