Hoy celebramos un aniversario más
del bautizo de fuego de la clase obrera en el país.
El 15 de noviembre de 1922 se
constituyó en un hito histórico marcado por la naciente dirección proletaria de
las luchas de la clase y del pueblo en el país.
Hoy las tareas del proletariado
se han redoblado. No alcanza con reestructurar al movimiento sindical, de
dotarle mayor combatividad, precisamente cuando los derechos de los
trabajadores son conculcados por el régimen entreguista de Lasso, sino que es
importante de que dicha reestructuración sirva a la dirección proletaria de la
revolución de Nueva Democracia en el país, y que esta, esté al servicio de la
Gran Revolución Proletaria Mundial.
No olvidar a los mártires del 15
de noviembre, hay que enarbolar sus banderas, tampoco debemos olvidar a la
actual dirigencia oportunista y revisionista del movimiento sindical, principal
peligro e impedimento para que la clase obrera asuma su histórico rol.
¡HONOR Y GLORIA
ETERNA A LOS MÁRTIRES DEL 15 DE NOVIEMBRE DE 1922!
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